Donovan Mitchell, armador de Cleveland, sostuvo una conversación durante el campamento de prácticas. Versó sobre los equipos que estaban generando expectativas durante la pretemporada en la Conferencia Este.

Boston venía de ganar un campeonato de la NBA. Nueva York consiguió a Karl-Anthony Towns. Filadelfia incorporó a Paul George.

¿Los Cavs? No eran tema a principios de octubre. Y Mitchell entendía completamente por qué.

“¿Qué hemos hecho?”, preguntó Mitchell. “No hablan de nosotros. Está bien. Nosotros nos ceñiremos a nuestro estándar”.

Ese enfoque parece estar funcionando.

Por primera vez en 36 temporadas —sí, incluso antes de las etapas de LeBron James en Cleveland— los Cavaliers están en la cima de la NBA tras 25 encuentros. Tienen un récord de 21-4, tras iniciar 15-0.

“Hemos mantenido nuestros estándares bastante altos”, dijo el entrenador de los Cavaliers, Kenny Atkinson. “Y seguimos adelante”.

Los Cavs protagonizan apenas una de las historias sorprendentes que han surgido a medida que la temporada llega a su primer tercio. Orlando — el único equipo que sigue invicto en casa — ha tenido su mejor comienzo en 16 años con foja de 17-9 y lo ha logrado sin la estrella Paolo Banchero durante la mayor parte de ese tiempo.

Y Houston está 16-8, sólo detrás de los Cavs, Boston, Oklahoma City y Memphis hasta ahora en la carrera por el mejor registro de la liga.

Cleveland fue un equipo de playoffs el año pasado, al igual que Orlando. Y los Rockets plantaron semillas para mejorar también el año pasado; una racha ganadora de 11 partidos hacia el final de la temporada los llevó a terminar 41-41, un gran paso adelante después de algunos años de reconstrucción.

“De alguna manera establecimos esa base el año pasado para competir con todos”, dijo el entrenador de los Rockets, Ime Udoka. “Obviamente, tuvimos algunos altibajos con rachas de victorias y derrotas en ocasiones, pero terminamos la temporada como lo hicimos, llegando a .500, una racha ganadora de 11 partidos. Creo que nos probamos a nosotros mismos el año pasado que eso es lo que vamos a ser”.

Todos están tomando nota también de Orlando. El Magic perdió a su mejor jugador, pero no el ritmo. La lesión de Banchero después de cinco partidos parecía condenar a Orlando por un tiempo, y el Magic tuvo una racha de 0-4 inmediatamente después de que su astro se desgarró el oblicuo. Desde entonces está 14-3.

El Magic sabe mejor que todos cuán buenos son los Cavaliers y viceversa. Ambos equipos jugaron siete partidos en una serie de primera ronda de la Conferencia Este la primavera pasada. Los Cavs ganaron el partido final en casa para avanzar a la segunda ronda.

Atkinson llegó a Cleveland para intentar convertir lo bueno en algo grandioso. El trabajo no está cerca de terminarse — nadie está izando ningún estandarte por “mejor récord después de 25 partidos” — pero Atkinson se dio cuenta bastante temprano de que este equipo de los Cavs tiene un potencial serio.