Carlos Morales vio pasar, en términos del béisbol, dos strikes, y ya no tuvo más opción que proteger el plato.

Morales, alejado de un puesto de dirigente en propiedad desde el cierre de la temporada del BSN en el inicio de este siglo, no tenía planes de asumir el puesto de dirigente de los Leones de Ponce que estuvo disponible para él durante varias semanas esta temporada. Pero no le quedó de otra cuando la franquicia se quedo sin candidatos para el puesto luego de la salida de Sergio Hernández, la renuncia de Juan Cardona y los ‘todavía no’ de los asistentes Carlos Rivera y Toñito Colón.

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“Hubo que tomar la batuta”, admite Morales, un excoach nacional que suma en su carrera dos campeonatos en el BSN. “Los coaches que estaban no podían seguir. Sergio dio un paso al lado, Juan renunció. Toñito y Carlos no quisieron asumir la responsabilidad en estos momentos. Es casi por deducción que voy a dirigir”.

Ahora bien, el hecho que dejó pasar dos strikes no quiere decir que completará el turno sin la intención de llegar a base.

Morales dijo que dirigir a los Leones hacia lo mejor que puedan ser se convierte ahora en su causa.

“Para mí Ponce es la causa que defiendo. Como coach profesional es lo más importante para mí, como los fue Canóvanas, San Germán, Guaynabo y Bayamon”, dijo recordando las previas franquicias que dirigió en el BSN antes de emigrar hacia la Florida y haberse dedicado durante gran parte de los pasados 23 años a trabajar como analista para la televisión de juegos de la NBA.

Morales asume en propiedad el control de los Leones que tienen marca de 8-14 y están en el quinto lugar de la Sección A y fuera, al día de hoy, de la postemporada.

Carlos Morales aparece aquí en su era campeonil en San Germán junto a El Condor.
Carlos Morales aparece aquí en su era campeonil en San Germán junto a El Condor. (tito guzman)

Morales dirige por primera vez desde el 2000, cuando guió a los Vaqueros de Bayamón a marca de 18-9, informó el estadístico e historiador, Francisco ‘Paquito’ Rodríguez.

Bayamón fue su cuarto y último equipo en su primera etapa como dirigente, que inició en el 1988 con los Indios de Canóvanas, a quienes guió hasta un séptimo juego de la serie final ante los Vaqueros, detalló Rodríguez. Sus otros equipos entre el 1989 y el 2000 fueron los Atléticos de San Germán, con los que ganó cetros en en el 1991 y 1994, y los Mets de Guaynabo.

Su marca de por vida en el BSN es de 222-127, apunto Rodríguez.

Fue además el seleccionador del Equipo Nacional boricua desde el 1993 al 1999, guiando al conjunto a algunos de sus más grandes logros internacionales, incluyendo el haber ganado la medalla de oro de los Juegos de la Buena Voluntad en San Petersburgo, Rusia, en el e 1995.

Al asumir la dirección de los Leones, Morales se convierte en el dirigente de mayor edad (65 años) en el Baloncesto Superior Nacional del 2023, así como en el segundo máximo ganador entre los activos, solo detrás de Nelson Colón, de los Vaqueros, que suma 278 victorias, detalló Rodríguez.

Hay generaciones de diferencia entre los baloncelistas que dirigió Morales en el pasado siglo y a los que les toca guiar ahora en Ponce. Esas diferencias se notan en los estilos de juego, en las prioridades del jugador y el dirigente, en la técnica, en el fundamento, entre otras áreas.

Morales dijo que, pese a que no dirige hace 23 años, regresa a la línea del BSN actualizado en el baloncesto local porque no ha estado alejado de éste, porque se mantuvo en su ausencia dirigiendo en programas escolares y analizando juegos en Estados Unidos, aparte de que fue asistente de Flor Meléndez en el Equipo Nacional, y porque ya lleva varios años trabajando como asistente con los Leones y viendo a los jugadores actuales, conociendo a los árbitros y el público, en fin, a todos los componentes del BSN.

Agregó que no le molesta si le llaman dirigente de la vieja escuela porque a orgullo y profesión lo lleva.

“Nada ha cambiado. Sí está la nueva era de los jugadores. Quizás sea de la vieja escuela pero lo muchachos han tomado bastante bien las cosas que uno le trae. Sí creo que la gente (jugadores y dirigentes) se encuentra a mitad del camino (punto medio). Hay que adaptarse. Los muchachos no están acostumbrados a cosas de hace 20 años. Quizás este coach viejito les quiere corregir un poco más. Uno no se desliga totalmente. Uno va haciendo los ajustes en el camino”, dijo Morales.

Este turno que toma con los Leones puede ser el último, como también puede ser el primero de muchos más en una nueva etapa dirigiendo en el BSN, dijo Morales.

“No podría decir una cosa ni la otra”, dijo.

Lance Stephenson es una de las estrellas los Leones de Ponce.
Lance Stephenson es una de las estrellas los Leones de Ponce. (Suministrada / BSN)

De lo que sí está seguro es que toma ese turno con unos Leones talentosos, que tratan de hacer bien las cosas, enfocado en el trabajo, tal y como estuvieron con Hernández, Cardona y Rivera.

Lo que les falta es un poco de suerte y unos cambios para hacer impredecible el quinteto para los rivales.

“Nos hace falta la suerte. El personal lo tenemos. Tenemos el deseo de que las cosas nos sigan saliendo. Los jugadores están trabajando duro, con concentración, enfoque y deseo, pero las cosas no nos estaban saliendo. Quizás sacar uno que otro juego a ver si nos encaminamos”, dijo.

“Tenemos mucha flexibilidad, y estamos aprovechando eso para tener un cuadro difícil de predecir, que los rivales no nos puedan ‘scoutear’ tanto”, agregó.