El pronóstico de recuperación para Ricky Sánchez si desea operarse su dislocado dedo meñique de la mano izquierda es de tres a seis meses.

Por dicha razón, el espigado delantero aún está indeciso si viste la franela del Equipo Nacional en el Premundial en Caracas, Venezuela o si se opera de inmediato para así poder jugar en Argentina o Uruguay – donde tienes ofertas – aunque sea llegando tarde.

“No he tomado una decisión aún. Acabo de salir del doctor para enterarme de cuánto podría durar mi rehabilitación luego de la operación”, dijo Sánchez, quien se presentó en ropa de civil a la práctica de ayer en el Coliseo Mario “Quijote” Morales.

Sánchez se reunió por varios minutos con el dirigente Francisco “Paco” Olmos y el gerente general de las selecciones nacionales, Alfredo “Piraña” Morales, quien apelaron a su integración al quinteto.

“Honestamente, no sé si voy a practicar o no. Decidiera en estos días”, dijo Sánchez.

El Equipo Nacional se encuentra algo ‘finito’ en la pintura tras las lesiones a Peter John Ramos y Nathan Peavy, aparte ahora de la de Sánchez. El quinteto espera con ansias la contestación de FIBA en torno a Kleon Penn, que también estuvo en práctica vestido de civil y se ha mantenido entrenando con pesas y pista.

Cuestionable Rivera

Por otra parte, el base Carlos Rivera, también está en la cuerda floja debido a una molestia en la rodilla derecha tras finalizar su participación con los Leones de Ponce en la serie final del Baloncesto Superior Nacional.

“Es mal ‘timing’ porque realmente quería estar aquí. Tenía una posibilidad real de hacer este equipo si estaba saludable. Pero al terminar la final se me ha hinchado la rodilla derecha bastante y he estado en estos días en terapia. Es el menisco y el doctor me recomendó, al menos dos semanas de descanso”, dijo Rivera. “Hablé con el staff técnico y me pidieron el MRI. Yo quisiera poder estar ahí adentro practicando ahora mismo, pero apenas puedo caminar”.