Misión cumplida. Cuando a Carlos Arroyo lo firmaron por $2.5 millones en Israel su principal encomienda era traer de regreso el título nacional al club Maccabi Tel-Aviv.

Ayer Arroyo se recuperó de un partido discreto en semifinal para cargar al Maccabi a la victoria en el partido de campeonato tras anotar 22 puntos y agregar seis asistencias, cinco rebotes y tres robos de balón en el triunfo sobre el Haifa Heat, 85-72.  Su actuación le valió el premio de Jugador Más Valioso. 

Contrario al partido frente al Galil Gilboa dos noches antes -en el cual Arroyo forzó triples a tutiplén-, frente al Haifa Heat se lució penetrando al canasto con frecuencia, creando situaciones de juego para él y para otros, y provocando la friolera de nueve  faltas personales en su contra – las cuales aprovechó para atinar 10 de sus 11 tiradas libres.

Su presencia fue vital a fines del segundo parcial cuando el Haifa Heat lideraba el partido, 37-31, luego de tirada libre de Doron Perkins. Ahí Arroyo encendió sus motores, atinando tres tiradas libres y una güira y alimentando con una asistencia a Derrick Sharp para un triple durante crucial avance de 11-0 que le dio la ventaja definitiva al Maccabi, 42-37, en el minuto 19.

Perkins mantuvo al Haifa Heat cerca en el marcador hasta fines del tercer parcial, 59-56, pero comenzando el último periodo Arroyo volvió a hacer de las suyas con asistencia para triple a Tal Burstein y una jugada de tres puntos de su autoría para despegar al Maccabi por doble figura, 71-60, en el minuto 32 y nunca mirar a atrás.