José “Piculín” Ortiz vuelve a liderar un equipo, esta vez, uno del que recibe mucho apoyo, que depende mucho de él también y, sobre todas las cosas, que agradece en días como hoy.

El otrora centro de la selección nacional de baloncesto y una de las glorias del deporte boricua integra desde hace un año el equipo de pacientes de cáncer, en particular del tipo colorrectal.

Sin embargo, hoy día, Ortiz tiene muchas razones para agradecer, como su satisfactoria recuperación, sus “compañeros de equipo” que también batallan con esa terrible enfermedad y “su fanaticada” de todo el país que lo han acompañado con sus oraciones en este proceso.

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Hay que agradecerlo constantemente, al acostarse, al levantarse. Hay que agradecerle a Dios por las personas que nos pone en el camino, a esos Ángeles de Oración, como les llamo. En mi caso, en este país, los fanáticos han estado continuamente cónsonos con que me recupere, así como con todos los pacientes. Hay que agradecerle a Dios el tener tanta, tanta gente que ora por nosotros”, agradeció.

Recientemente, Ortiz se convirtió en el padrino del 5K Colon Run, carrera organizada por la Coalición de Cáncer Colorrectal de Puerto Rico, que se llevó a cabo en el Distrito T-Mobile en San Juan. Como si se tratara de sus mejores momentos en cancha, con su figura imponente, Ortiz se paró “debajo del palo” (en la meta de llegada de la carrera) y sirvió de apoyo a todo el que cruzó la meta, ya fuera paciente o solidario con la causa, y “bloqueó” también cualquier vibra mala, si hubiese alguna.

Quiso esperar a todos en la meta, junto a la madrina el evento, la presentadora Nicole Chacón. Allí chocó manos, dio sugerencias y agradeció a todos los “compañeros” que completaron la ruta.

Me vi durante el 5K como en un juego. Aquí hay una victoria todos los días. Es una victoria al despertar y abrir los ojos. Uno sigue con el espíritu de lucha bien activado y comprometido para seguir en forma positiva, mentalmente hablando. Me sentí ganador, como los corredores. Competí durante 26 años y cruzaba la meta como ellos. Ahora no puedo. Les dije que si hubiese corrido como en mis tiempos, les ganaba. Pero ahora los voy a llenar de la polilla que voy a dejar en la ruta”, contó en forma jocosa Ortiz, quien sí trabaja su físico en un gimnasio.

“Me reí un montón. Me dio mucha satisfacción compartir con Nicole, con todo el grupo de trabajo de Coalición, pero sobretodo con las personas que no tienen cáncer, los que nos apoyan dentro de todo eso. Hay que agradecer eso siempre”, agregó.

Un anuncio que cambió su vida

Ortiz, de 61 años, fue diagnosticado con el cáncer en noviembre de 2023 y desde entonces comenzó una nueva batalla personal; una de las tantas que ha tenido que dar luego de retirarse como jugador; una que, como todas las demás, ha requerido un ajuste en su estilo de vida.

Estoy acostumbrado a las adaptaciones. He pasado por tantas situaciones que la misma vida me ha puesto en la mentalidad de adaptación”, dijo.

Piculín Ortiz aparece aquí tomando su primero de seis ciclos de quimioterapias que recibió como parte de su tratamiento.
Piculín Ortiz aparece aquí tomando su primero de seis ciclos de quimioterapias que recibió como parte de su tratamiento. (Facebook)

Fue en el verano pasado cuando anunció que había finalizado el tratamiento y que estaba libre del cáncer.

Sin embargo, se mantiene muy atento a la enfermedad, como hubiese estado como pívot, pendiente a las penetraciones de los jugadores contrarios que cortan hacia el canasto. Dijo que cada tres meses cumple rigurosamente con las evaluaciones de seguimiento y que hasta ahora, y hasta que suene la chicharra, “está ganando” el juego.

De paso, confesó que, aunque no le han sugerido médicamente, la posibilidad de una operación está latente.

“Hay que estar en el monitoreo. No se ha hablado de cirugía todavía, pero seguimos pendiente de ella. Se ha pospuesto la cirugía por el mismo monitoreo que sigue la evolución”, dijo.

La familia: su soporte

Ortiz también tiene otro equipo por el que luchar. Ese equipo es el familiar, que inicia por su esposa Sylvia Ríos y su hija, la voleibolista nacional Neira Ortiz, y que completan su señora madre, Elba Rijos, y sus tres hermanas.

Los Ortiz-Rijos necesitan al “Concorde” en salud, luego de perder en el 2022 a su hermano mayor, Germán, quien también fue víctima del cáncer colorrectal.

“Picu”, quien es el pilar de la familia, también aprovecha este día para agradecer su presencia y en salud.

“Sobretodo porque mi hermano mayor falleció hace tres años tengo que estar ahí para ellos. Pero tengo que estar agradecido porque mi mamá está bien, mis hermanas están bien, mi esposa y su familia también están bien. Hay que seguir dando gracias”, sentenció.