A sus 24 años, Akil Mitchell sufrió una lesión grotesca que lo hizo pensar que su carrera como jugador profesional había terminado y que no volvería a ver por su ojo izquierdo por el resto de su vida.

Mitchell, refuerzo de los Criollos de Caguas en el Baloncesto Superior Nacional (BSN), militaba con los Breakers de Nueva Zelanda en la temporada 2016-17 de la NBL de Australia y, durante un partido contra los Taipans de Cairns, pasó un susto que jamás olvidará.

El canastero de raíces estadounidenses y panameñas cayó al tabloncillo en agonía tras lo que parecía ser un inofensivo golpe en el rostro por parte del centro de Taipan, Nnanna Egwu, durante una rutinaria lucha por un rebote. Pero al tocarse la cara, Mitchell se percató que su ojo izquierdo estaba fuera de la cavidad ocular.

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“Pensé que jamás volvería a ver, y mucho menos volver a jugar”, recordó Mitchell en entrevista con Primera Hora.

“Fue un accidente extraño. Es una de esas cosas que me hacen pensar que Dios tenía su mano sobre mí y, realmente, estoy bendecido de que pasó de la manera que fue. Pudo haber sido mucho peor. Pude haber pedido el ojo, pero no hubo daño permanente”, abundó.

El canastero, que ahora tiene 32 años, contó que no podía mover su ojo izquierdo y tampoco podía parpadear. Solo sentía ardor. De inmediato, fue transportado a un hospital de la ciudad de Auckland en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Y de camino a la clínica, el ojo de Mitchell cayó en su sitio.

“Me dieron gas para calmarme y el ojo volvió a su cavidad ocular en la ambulancia. Cuando llegué al hospital, no creían hasta que vieron el video de la lesión. Ahí fue que empezaron a correr y buscar cómo tratarme”, relató.

Y luego de esta peligrosa lesión, Mitchell empezó a ver la vida de una forma distinta.

“Ahora tomo mi carrera de una manera más seria desde entonces. He aprendido mucho como jugador y como hombre. Nunca sabes cuándo algo así va a pasar y trato de disfrutar cada día como si fuese mi último”, expresó.

Curiosamente, Travis Trice, Jugador Más Valioso de la temporada 2024 del BSN e importado de los Criollos, vio el impactante momento en primera fila. Trice jugó esa campaña de la NBL con los Taipans de Cairns y estaba en el banco cuando todo ocurrió.

“Fue bien loco porque estaba en la banca. Recuerdo que era un balón suelto. Uno de mis compañeros fue por el rebote y cuando Akil se dio la vuelta podías ver su ojo fuera. Lo otro bien loco es que Nnanna Egwu es de las mejores personas que conocerías. Es una locura que ahora cerremos el ciclo como compañeros”, rememoró Trice.

Travis Trice, de los Criollos de Caguas, durante el primer juego de la serie final del BSN.
Travis Trice, de los Criollos de Caguas, durante el primer juego de la serie final del BSN. (BSN)

Decidió irse con Travis Trice en vez de los Osos

Y es que la relación de Mitchell y Trice va más allá de Caguas y Australia, pues ambos llevan viéndose las caras en el tabloncillo desde que jugaban al básquet colegial con los Cavaliers de la Universidad de Virginia y los Spartans de la Universidad Estatal de Michigan.

“Creo que nuestra buena relación es por la forma que somos como personas y jugadores. Él (Akil Mitchell) es uno de los compañeros más inteligentes que he tenido y no es egoísta. Creo que también percibe esa energía de mí. Somos competidores y lo único que nos importa es ganar”, comentó Trice acerca de su relación con Mitchell.

De hecho, Mitchell reveló a este diario que, antes de firmar con los Grises de Humacao para la campaña 2023 del BSN, recibió una oferta de los Osos de Manatí mucho más lucrativa.

El centro pudo haber optado por el rival de los Criollos en la serie final 2024, pero decidió fichar con los Grises para jugar junto a Trice.

“El año pasado, cuando estaba decidiendo con qué equipo iba a firmar en Puerto Rico, Manatí me hizo una oferta. De hecho, me ofrecieron más dinero, pero Humacao tenía a Travis Trice y quería jugar con él. Después de ahí, nuestra relación solo ha crecido”, confesó Mitchell.