María Bermúdez, de 81 años, es vaquera de corazón. Quizás como ninguna otra.

El jueves pasado subió 15 escalones de las gradas del coliseo Guillermo Angulo de Carolina. Iba sostenida de ambos brazos por su hija y amistades. No se iba a perder a sus Vaqueros de Bayamón en el segundo juego de la serie final del Baloncesto Superior Nacional.

De hecho, ella no tiene reparos de que los Vaqueros tengan que intentar llevar la serie a siete juegos para poder ganar el campeonato.

“Y no quiero que esto se acabe. Qué voy a hacer sin esto”, dijo.

Dos días antes, también estuvo en el coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón para el primer partido de la serie. Allí no tuvo que subir 15 escalones porque es abonada de los Vaqueros y su boleto y butaca estaban reservados. Pero llegó igual a las cinco de la tarde para ver el juego que inició tres horas luego.

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“Y vi a LeBron (James). Yo fui quien le dijo a mi hija ‘Mira a LeBron. Ahí está’”, dijo Bermudez señalando a su hija Sandra Vicente, quien contó que el baloncesto las llevó unas vacaciones hasta Miami a ver al estrella del baloncesto.

Bermudez es de Santa Juanita en Bayamón y comenzó a ver en persona a los Vaqueros cuando el coliseo Rubén Rodríguez abrió sus puertas por primera vez en el 1988.

Pero su historia de los Vaqueros se transporta mucho más atrás.

“Seguía a los Vaqueros en la radio. No podía ir a los juegos porque no tenía carro y tampoco tenía presupuesto”, dijo mientras se frotaba el pulgar con el índice en señal de dinero.

Escuchó a los Vaqueros de la Pepín Cestero, los Vaqueros de Rubén Rodríguez, de Birgnoni, de Tito, de Hetín, de campeonatos ante los Piratas de Quebradillas. También escuchó a los Vaqueros que jugaron en los 80 de mudanza en Toa Baja, en lo que es hoy la cancha Antonio R. Barceló.

Hoy día vive en Dorado, en una casa llena de recuerdo de los Vaqueros.

Las paredes están decoradas con afiches de fotos los Vaqueros. Tiene una afiche con una foto de los Vaqueros sentados en una mesa de conferencia de prensa, con el ‘Tractor’ Robert Traylor, entre otros jugadores.

También tiene un afiche de Javier Mojica, de cuando el jugador llegó a los Vaqueros en el 2009, en solamente su tercera temporada en el BSN.

“El de Mojica está arriba en la pared en donde tengo mi máquina de cocer”, espeficicó.

Los Vaqueros de Ángel Rodríguez están abajo 3-1 en la serie final ante los Gigantes.
Los Vaqueros de Ángel Rodríguez están abajo 3-1 en la serie final ante los Gigantes. (Carlos Rivera Giusti)

Y se transporta con su hija y amistades a donde quiera que van los Vaqueros a jugar en la carretera, excepto en San Germán porque su hija dijo que “no es nada en contra de San Germán”, sino que los asientos no son cómodos para su madre.

Han ido a Quebradillas, a Carolina, Mayagüez, Ponce… con sus 81 años, sosteniendo su bastón o empujando su carrito de estabilidad.

“Fuimos a Mayagüez este año y regresamos a la una de la mañana. Vamos a donde sea”,dijo.

Entonces –lector- ¿Es o no es María Bermudez vaquera de corazón?