A 11 años de la trifulca más grande en la NBA
El sal pa’fuera entre Pistons y Pacers forzó muchos cambios en la liga.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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El 19 de noviembre de 2004, los Pistons de Detroit y Pacers de Indiana protagonizaron uno de los episodios más lamentables en la historia del deporte estadounidense.
Corría el cuarto parcial de un partido en el cual ya estaba decantada la balanza, con Indiana adelante en el marcador, 97-82, con 45 segundos por jugar. Era un partido de alto voltaje, pues era una revancha de la pasada Final de la Conferencia del Este, ganada por los Pistons-eventuales campeones de la NBA- en seis juegos.
Indiana estaba consiguiendo un leve desquite en el Palace, hogar de los Pistons. Tal vez esa misma tensión acumulada resultó en que el pívot de los Pistons, Ben Wallace, reaccionara aireadamente a una falta por Ron Artest, actualmente conocido como Metta World Peace. Wallace empujó fuertemente a Artest, lo que resultó en que ambos equipos se metieran en un forcejeo en un intento por separar ambos jugadores.
Artest fue separado del grupo, y el canastero procedió a acostarse sobre la mesa de anotaciones mientras los ánimos se calmaban. Pero ocurrió totalmente lo contrario. Un fanático le lanzó un vaso a Artest, quien sin pensarlo dos veces se metió en las gradas a golpear un aficionado. Stephen Jackson, de los Pacers, también se metió en los asientos y comenzó a golpear fanáticos.
Los aficionados de los Pistons no se quedaron de brazos cruzados, y también comenzaron a golpear jugadores de los Pacers, tanto en las gradas como en la cancha. En un abrir y cerrar de ojos, todo se salió de control. Los árbitros decidieron dar por terminado el encuentro, y los jugadores de Indiana se metieron en sus camerinos, algunos siendo aguantados por personal del equipo en un intento para que no se metieran entre los fanáticos.
Todo fue en vivo al aire por ESPN, que estaba transmitiendo el partido.
La liga actuó duro. Un total de nueve jugadores recibieron suspensiones y multas, la más grave la otorgada a Ron Artest, quien se perdió el resto de la temporada (73 juegos de temporada regular y 13 de postemporada) y tuvo que pagar 4,995,000 dólares. Incluso, hubo hasta cargos criminales, pero ningún jugador tuvo que pasar tiempo en cárcel.
El incidente llevó a que la NBA aumentara la seguridad entre fanáticos y jugadores.