Quizás vuelve a quedarse con las manos vacías. Quizás no alce ningún trofeo. 

Lo que sí se puede decir es que , gane o pierda el campeonato, LeBron James es el amo y señor de las finales de NBA. 

Tras su espectacular actuación de 41 puntos para extender la vida de los Cavaliers de Cleveland a un séptimo ydecisivo juego, el astro lidera todas las estadísticas importantes de la serie de campeonato contando a todos los jugadores de ambos quintetos. 

James promedia 30.2 puntos, 11.3 rebotes (empate con su colega Tristan Thompson), 8.3 asistencias ,  2.7 robos de balón  y  2.2 bloqueos en seis jornadas.

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Esto equivale a 181 unidades, 69 rebotes, 51 asistencias, 12 tapones y 16 robos de balón. 

Los impresionantes números son una copia de su desempeño en la final del 2015, donde los Cavaliers cayeron en seis desafíos ante los Warriors sin contar con los servicios de Kyrie Irving y Kevin Love. 

En dicha serie, tuvo medias de 35.8 puntos, 13.3 rebotes y 8.8 asistencias. 

En esta final, James sacó de las cuerdas a los Cavalies con noches consecutivas de 41 puntos para ser el quinto jugador en la historia de las finales en tener dicha cantidad de tantos 'back-to-back' y empatar la serie 3-3. 

En su sexta final consecutiva, el debate vuelve a surgir si debe ser el Jugador Más Valioso aunque pierda. 

Aunque está lejos de ocurrir, hay precedente. Jerry West ganó el metálico cuando los Lakers de Los Angeles cayeron en siete partidos ante los Celtics de Boston. El armador Salón de la Fama promedió 38 puntos por juego. 

James, dos veces campeón y JMV de la final, volverá a enfrentar la historia el domingo en la cancha local de los Warriors, ya que ninguna escuadra en la historia se ha recuperado de una desventaja de 1-3 en las finales para coronarse.