No existe una buena salud sin bienestar emocional. Y ahora, más que nunca, es crucial priorizar el cuidado mental.

Cerca de mil millones de personas a nivel mundial sufrían de algún trastorno mental antes de la pandemia de COVID-19, según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022.

El estudio calcula que la depresión y la ansiedad, los trastornos más comunes, han incrementado entre un 25 y un 27 % tras el confinamiento por la pandemia.

De hecho, los expertos aseguran que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en 2030.

En Puerto Rico, “la salud mental recibe una atención cada vez mayor y estamos viendo un aumento en el número de personas que buscan apoyo hospitalario para mejorar su bienestar”, destacó el doctor Humberto Cruz Esparra, psicólogo especialista en medicina conductual.

Riesgo a padecer otras enfermedades crónicas

Pero la salud mental no solo afecta el estado anímico de las personas, sino que existe una relación bidireccional con el riesgo de padecer otras enfermedades crónicas.

“Cuando el estrés es prolongado, el cuerpo aumenta la producción del cortisol, la hormona del estrés, lo que puede provocar un aumento en la respuesta inflamatoria. Esto, a su vez, puede generar un impacto que disminuye la respuesta del sistema inmunitario”, explicó.

Esa inflamación podría contribuir al desarrollo de hipertensión arterial, esclerosis múltiple, fibromialgia, ataques al corazón, infarto agudo de miocardio, intestino irritable, trastornos gastrointestinales, diabetes tipo 2, alzhéimer y párkinson, entre otras.

Es por esto que el doctor resaltó la importancia de cuidar de la salud mental, ya que tiene un efecto directo en “todas las áreas” de nuestra vida.

Además, el bienestar emocional tiene impacto en nuestra longevidad. El estudio de la OMS apunta que las personas con trastornos mentales graves suelen fallecer, en promedio, entre 10 y 20 años antes que la población general.

“Al igual que cuidamos de nuestro cuerpo es importante cuidar de nuestra mente”, dijo.

Estrategias para manejar el estrés y la ansiedad

El psicólogo recomendó una serie de estrategias que pueden realizar las personas que sientan que su salud mental ha comenzado a deteriorarse.

“La meditación y la respiración profunda tienen un efecto poderosísimo, no tan solo sobre nuestra mente sino sobre nuestro sistema nervioso. Puede reducir considerablemente los niveles de cortisol en un 25 %, después de ocho semanas de práctica regular”, expuso.

Otros métodos son: realizar de 15 a 30 minutos de ejercicio diario, tener relaciones sociales con conexiones profundas, hacer actividades al aire libre y practicar el “grounding”, tocar la tierra con los pies descalzos.

Asimismo, por la relación intestino-cerebro, es indispensable tener una dieta balanceada que incluya probióticos, que ayudan a regular el estado de ánimo.

“Lo que comemos influye directamente en el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que puede tener un impacto significativo en nuestro estado emocional y mental. Diversos estudios han demostrado que existe una conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. De hecho, aproximadamente el 90 % de la serotonina, un neuroquímico asociado con la regulación del estado de ánimo, se produce en el tracto gastrointestinal, aunque su función en el intestino es diferente de la que tiene en el cerebro. Un microbioma intestinal equilibrado puede contribuir positivamente al bienestar emocional y reducir el riesgo de trastornos como la ansiedad y la depresión”, expresó.

Monitorea tus emociones

Entonces, ¿cuándo se debe acudir a un profesional de la salud mental?

“Tenemos que pedir ayuda cuando sentimos que estamos evitando situaciones o personas, que queramos estar solos. Aislarse socialmente es una señal de alerta temprana de depresión o ansiedad. También, debes buscar ayuda cuando sientas la incapacidad para manejar el estrés diario”, señaló.

No obstante, para Cruz Esparra, lo ideal sería normalizar el hablar de estos temas y acudir a profesionales de manera preventiva, como se hace con otras áreas de la salud.

“No podemos pensar en ir cuando te sientas mal. Siempre es bueno hablar. Al igual que monitoreamos el azúcar o la presión, también debemos hacerlo con las emociones. Es como un dolor de muela o un catarro. La diferencia es que los psicólogos no podemos mandar a hacer unos laboratorios o una placa para detectar dónde está la situación, hay que hablarlo. Y entre más lo hablas más fuerza pierde sobre ti”, puntualizó.

¿Dónde pedir ayuda?

El Hospital Menonita CIMA posee varios programas de cuidados agudos y ambulatorios para atender a personas con trastornos de salud mental como Acceso, que atiende al paciente de manera inmediata.

Asimismo, cuenta con Hablemos, un programa diseñado para pacientes con depresión y ansiedad; Primer episodio sicótico, que se especializa en atender a personas de entre 16 y 34 años que debutan en sicosis en el área rural del país; Alcance comunitario, donde identifican individuos que podrían estar en riesgo y les canalizan las citas necesarias; Cero Suicidio, una estrategia de prevención que se utiliza en salas de emergencia; y Ayuda al empleado, que atiende a todos los profesionales que laboran en los hospitales Menonita.

“Estamos bien al pendiente de todos estos proyectos que nos van a permitir un Puerto Rico mucho más sano y saludable”, aseguró.

Si usted necesita ayuda puede acceder a la página web sistemamenonita.com/hospital-cima, llamar al 787-714-2462 o acudir a cualquiera de las clínicas de hospitalización parcial ubicadas en Aibonito, Caguas, Cayey, Guayama y Humacao.