Que no pare el baile
El Retired Ballet Dancers Support Group se reúne cada semana a compartir su receta para la felicidad

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Bailar no tiene fecha de expiración. Un bailarín, por más que intente colgar sus zapatillas, siempre mantiene su postura, la delicadeza de sus movimientos y el afán por desahogarse en el baile. “Yo ya no bailo físicamente en escena pero sigo bailando en mi cabeza. Todavía acaricio las zapatillas de punta”, expresó la primera ballerina assoluta Alicia Alonso al diario El País.
Y es que una vez se encuentra la receta de la felicidad, es difícil dejarla ir. Así se fundó el Retired Ballet Dancers Support Group de Ballet Concierto de Puerto Rico, un grupo de bailarines retirados que decidieron reencontrarse en pos de la salud física y emocional.
Diferentes circunstancias de la vida les llevaron a guardar sus leotardos y zapatillas en un cajón pensando nunca volver a usarlos. Sin embargo, desde el 2010, han fomentado un movimiento que ve el ballet no solo como ejercicio sino como terapia, contribuyendo, de igual forma, a dejar un legado a las generaciones de bailarines que emergen en nuestros tiempos. Entre risas, viejos amigos, pliés y relevés hallaron la fórmula perfecta para salir de su retiro a bailar.

Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media para Panadol.