El éxito de Iván Calderón, uno de los boxeadores puertorriqueños más reconocidos, esconde una historia de esfuerzo y superación que pocos conocen. Destacado en las 105 y 108 libras, el púgil boricua vivió en hogares sustitutos, sufrió maltrato en su niñez y enfrentó a muchos que dudaron de su capacidad para sobresalir en el deporte. Hoy reconoce que creer en sí mismo ha sido la clave para alcanzar la victoria dentro y fuera del ring.