El emprender una carrera universitaria es, para muchos jóvenes en Puerto Rico, el paso para cumplir un sueño. Pero también podrían convertirse en el detonante de alguna condición de salud mental.

Y no es solo los universitarios en la isla: un estudio que realizó la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) concluyó que uno de cada tres estudiantes de primer año de universidad exhiben síntomas consistentes con el diagnóstico de una condición de salud mental.

La depresión mayor severa, seguida por los ataques de pánico y de ansiedad, fueron los diagnósticos de mayor incidencia entre los universitarios, según el estudio de la APA.

Otros escenarios de salud mental que se encuentran entre los universitarios puertorriqueños son el uso y abuso de sustancias, desórdenes alimenticios e ideación suicida, sostuvo el doctor Peter González, psicólogo del Hospital Panamericano.

Los estresores de los universitarios

Hay muchas razones por las que los universitarios desarrollan condiciones de salud mental. En algunos casos, esto se da por la presión de cumplir con las expectativas de los padres.

Otro factor que puede influir a nivel emocional es el aspecto económico. La preocupación por costear estudios, hospedaje y gastos del diario puede ser una carga onerosa para las familias. Si el estudiante está solo, el escenario es peor.

También se suma a la lista el no pasar las materias. Muchos estudiantes se frustran porque llegan con rezago a la universidad o porque tienen problemas manejando el tiempo de estudio o la concentración.

Todo lo anterior los podría llevar a utilizar sustancias controladas. Como no tienen la supervisión de los padres, se atreven a experimentar para liberar la carga, aseguró el doctor González.

Momento de buscar ayuda

En esta etapa, el universitario puede sentir que no hay solución para su problema. Pero no es así.

El primer paso es identificar qué es lo que lo está afectando emocionalmente, cuáles son las mayores dificultades que enfrenta y cuáles son sus verdaderas metas.

“Para buscar ayuda, la primera alternativa es la universidad, que usualmente tienen consejeros y psicólogos. También pueden hablar con sus padres para buscar alternativas”, abundó el doctor González.

En caso de que la depresión sea severa o haya una adicción, el especialista aseguró que hay que buscar ayuda profesional de salud mental.