Al igual que las cámaras te ayudan a tomar selfies para mostrarle al mundo cómo eres, podemos asegurar que la radiología es responsable de ejecutar una función similar, pero en el campo de la medicina. A través de esta especialidad médica, podemos conocer exactamente cómo nos vemos por dentro, ayudando a doctores y radiólogos a darnos un diagnóstico certero de nuestra salud.

Ya sea con rayos X, ultrasonido, CT Scan o MRI, por mencionar algunos exámenes, podemos conocer si padecemos de alguna dolencia o, por el contrario, si nuestro organismo está en perfecto estado.

El doctor William Cruz, director del Departamento de Radiología del Hospital Auxilio Mutuo, explicó que la disciplina se encarga de la realización de imágenes médicas en diferentes modalidades. A través de ellas se revelan diagnósticos en los pacientes.

Hemos escuchado sobre diversas pruebas como placas, MRI, sonogramas y CT Scan. Pero, ¿qué son y cuáles son sus diferencias?

Conozcamos un poco sobre estos exámenes

1. CT Scan o tomografía computarizada

Son rayos X que dan vueltas alrededor del cuerpo y permiten visualizarlo basado en diferentes densidades. Por ejemplo, un proceso inflamatorio en el pulmón contiene líquido, que es más denso que el aire del pulmón. Es por eso que vemos la pulmonía a través del rayos X.

2. MRI

Este estudio adquiere su imagen por medio de campos magnéticos (imanes). Una computadora capta digitalmente los rayos X desde diferentes ángulos alrededor del cuerpo para crear una imagen tridimensional. A veces se usan contrastes, que son materiales líquidos de alta densidad. Se administran por boca para ver mejor el intestino o por vena para estudiar áreas del flujo sanguíneo.

3. Radiología convencional

Los llamados rayos X se apoyan en la radiación electromagnética para obtener imágenes que permiten la visualización de una parte específica del cuerpo. Al no depender de densidad, es muy útil para estudiar estructuras de tejido blando como el sistema nervioso, ligamentos y cartílago.

4. Fluoroscopía

Utiliza rayos X que se obtienen a través de un vídeo continuo. Es muy útil para evaluar el intestino. Se ve el tragado y paso de líquidos por el intestino.

5. Ultrasonido

Utiliza ondas de ultrasonido y no involucra radiación. Una porción de esa onda rebota, regresa al detector y se forma la imagen a través de una computadora. Se usa mayormente para examinar riñones e hígado. El ultrasonido tiene otros usos como los sonogramas vasculares o el Doppler vascular. En esta prueba, se usa el mismo equipo de ultrasonido para medir de manera muy detallada el flujo de sangre en las arterias y venas. Por ejemplo, la sangre dentro de una vena fluye de manera constante. Un coágulo de sangre que no fluye se conoce como un trombo y puede tapar una vaso sanguíneo.

6. Sonografía

También conocido como sonograma o ecografía, utiliza la alta frecuencia para lograr la imagen. No emplea radiación.

7. Mamografía

Son rayos X con muy poca radiación. Es útil para ver diferencias en condiciones muy pequeñas en el seno. Su uso principal es la detección temprana de cáncer de seno.

8. PET Scan

Entramos en el campo de la medicina nuclear. Al paciente se le administra un químico radioactivo por vena que se aloja en una zona específica del cuerpo: tiroides, pulmones, vesícula biliar o huesos. Hay una cámara que detecta la radiación y crea la imagen. Es un aliado importante a la hora de explorar el cuerpo ante la presencia de tumores o cáncer.

Seguridad para tod@s: niños, adultos y tercera edad

Someterse a estas pruebas no debe causarnos temor, pues resultan seguras para cualquier persona, ya que la exposición a la radiación es mínima.

“Un día de playa tiene más radiación. El que estuvo ocho horas en la playa recibió más radiación que en una placa de pecho y, probablemente, conlleva más daño. De igual forma, quienes viajan mucho en avión también están expuestos”, afirmó el doctor Cruz.

Cuando un niño necesita hacerse una de estas pruebas se baja incluso más la dosis de radiación, pues su cuerpo todavía está en desarrollo. En algunos casos, para garantizar el éxito del examen, se recurre a la sedación ligera del menor.

En el caso del adulto mayor, muchas veces encamado o en el hogar, se hace uso de equipo portátil que permite la realización de sonogramas.

De igual forma, el contraste o la “tinta” que se encarga de “pintar” nuestro organismo por dentro —que se utiliza en varias pruebas— tiene un nivel bajo de contraindicación.

Al final, el beneficio que obtendremos en nuestra salud, comparado con la incomodidad menor que pueda experimentar un paciente, un pinchazo o una posición poco habitual por unos minutos, es lo más importante.