Hablar de reemplazo de cadera es un asunto que, para algunos, de solo mencionarlo causa molestia. Pero según la experiencia de Jennifer Guadalupe Berríos, terapista físico del Hospital Auxilio Mutuo, la creencia nada tiene que ver con la realidad.

Y es que lejos de tratarse de un proceso de recuperación complejo, los pacientes pueden estar caminando en 24 horas con uso de equipo asistivo y ayuda mínima.

“Luego de la cirugía, realizan muchos de los movimientos que antes no podían y lo hacen sin dolor o con mínimo de dolor”, explicó Guadalupe Berríos.

Las intervenciones quirúrgicas en la cadera pueden darse en tres abordajes: posterior, lateral y anterior, abundó la también profesora universitaria. Dependiendo del tipo de intervención, en términos generales, se aconseja que el paciente no flexione la cadera más de 90 grados luego de un reemplazo.

A lo largo de su carrera como terapista físico, Guadalupe Berríos afirmó que, en la Isla, las personas más propensas a necesitar un reemplazo de cadera tienen entre 60 a 80 años, la mayoría siendo mujeres. Aun así, sostuvo que hay personas jóvenes que pueden necesitar un reemplazo de cadera.

En un extremo poco habitual, está el caso de un hombre de 98 años que se sometió a un reemplazo de cadera luego de estar casi un año sin poder caminar. Su recuperación no presentó complicaciones mayores.

“Su caso nos impactó porque otros cirujanos ortopedas no querían o no se atrevían a operarlo. El paciente quería recuperar movilidad porque estaba en una silla de ruedas y quería bailar con su esposa. De aquí salió caminando, con ayuda, pero caminando”, dijo la experta.

Claves para tener un reemplazo de cadera exitoso

Guadalupe Berríos recomendó siempre seguir las instrucciones del cirujano ortopeda. Sin embargo, existen algunas consideraciones generales para la pronta recuperación en las 12 semanas luego de la intervención:

1. Al estar de pie, no debe inclinarse para recoger cosas del suelo

2. Evite flexionar la cadera más de 90 grados.

3. No girar hacia adentro la rodilla o el pie de la pierna operada.

4. No cruzar las piernas pasando la línea media del cuerpo.

5. Siempre debe subir y bajar de la cama por el lado no operado.

Luego de este periodo, ya la pieza está ajustada al hueso y el estilo de vida de los pacientes mejora, permitiéndoles caminar, nadar y realizar ejercicios de bajo impacto.

“Muchos pacientes dicen que esperan tener la misma calidad de vida que antes; nosotros sabemos que va a ser mejor porque ya no presentan dolor”, concluyó.