“¿Padece de alta presión?”, pregunta el médico. El paciente responde con seguridad que no, que nunca ha padecido de presión alta en su vida.

“Pues mire, lo que veo en su historial me dice todo lo contrario”, responde el doctor ante la incredulidad del paciente que lo mira sorprendido.

Escenas como esta se repiten constantemente en la oficina del cardiólogo David Storer-Blasini. Y es que la llamada “muerte silenciosa” o hipertensión es una condición que en el 90 % de los casos no muestra síntomas y solo puede detectarse al medirse la presión con regularidad.

“De la única manera que sabes si eres hipertenso es si mides la presión arterial”, enfatiza el internista del Hospital Auxilio Mutuo.

Los tipos de hipertensión

Los pacientes hipertensos se clasifican en dos grupos: los primarios y los secundarios. El primer grupo es aquel que solamente padece de presión alta. En cambio, los llamados secundarios son aquellos que la presión les sube debido a otra condición de salud. En esos casos, se atiende el otro padecimiento para lograr estabilizar la presión arterial.

El doctor Storer-Blasini detalla que cada vez es más fácil monitorear la presión, ya que hay máquinas incluso en centros comerciales y farmacias que permiten hacerse una prueba rápida. Si se sospecha que el paciente es hipertenso, el siguiente paso es determinar si es primario o secundario, para entonces conocer cómo tratarlo. “Si no hay una causa externa, hay que intervenir con el estilo de vida del paciente: bajar de peso, dejar de fumar, cambiar la alimentación”, agrega.

¿Qué papel juega la sal?

Según el doctor Storer-Blasini, aunque comúnmente se cree que hay una relación entre el consumo de sal y la presión alta, “esto no es una panacea”.

“He tenido pacientes que no consumen nada de sal y resultan ser hipertensos. Por el contrario, he tenido otros que comen mucha sal y su presión arterial se mantiene normal”, cuenta.

Lo cierto es que hay otros factores —además del genético— que podrían causar problemas de alta presión. En su informe sobre la Hipertensión en el Mundo de 2013, la Organización Mundial de la Salud detalla que hay una combinación de factores externos que podrían aumentar el riesgo de padecer de presión alta. Estos son el consumo de alimentos altos en sal y grasa, el no ingerir las cantidades recomendadas de frutas y hortalizas, el abuso del alcohol, el sedentarismo y la falta de ejercicio, y el estrés.

El doctor Storer-Blasini coincide con este último, pero indica que el problema no es el estrés en sí mismo, sino cómo lo manejamos. “Hay que hacer muchos ajustes, no solo en la dieta, sino en la medicina preventiva, porque tú no escoges la enfermedad. Pero si mantienes un estilo de vida saludable y monitoreas constantemente tu presión, es más probable atender estos problemas a tiempo”, recomienda.

Recomendaciones para prevenir la alta presión

1. Realizarse pruebas de la presión con regularidad

2. Conocer si en su familia hay historial de hipertensión

3. Realizar actividad física

4. Mantener un peso saludable de acuerdo a su género, estatura y edad

5. Reducir el consumo de sal a menos de cinco gramos por día

6. Consumir cinco porciones de frutas y hortalizas al día

7. Reducir la ingesta de grasas saturadas y de grasas en general

8. Detener el uso de cigarrillo

9. Manejar apropiadamente el estrés

Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS): “Información general sobre la hipertensión en el mundo: Una enfermedad que mata en silencio; una crisis de salud pública mundial