Cuando decimos “echar pa’ lante” nos referimos a una actitud: las ganas y el tesón que debemos invertir en una meta para que, por más difícil que se perfile, podamos alcanzarla –y llegado ese momento, disfrutemos la recompensa–. Cuando de estimular el empresarismo y la innovación en Puerto Rico se trata, pocas entidades personifican esa actitud como aquella que hizo de esa frase su nombre.

Desde su formación en el 2012, la alianza multisectorial Echar Pa’Lante, impulsada por Popular, se ha dedicado a estimular y facilitar la formación de “comunidades de aprendizaje y colaboración”, expuso Gloria Viscasillas, líder integradora de la iniciativa y vicepresidenta de Programas de Desarrollo Económico de Popular.

La idea, dijo, es que estas comunidades –donde coinciden profesionales del sector público y privado, profesores universitarios, maestros escolares, estudiantes, padres, representantes de organizaciones sin fines de lucro y el movimiento de economía solidaria, entre otros sectores– colaboren entre sí para crear un ecosistema que forme emprendedores y empresas innovadoras.

“Es un concepto del siglo 21”, explicó Viscasillas. “Más que hacer equipos y alianzas, estamos forjando comunidades comparten lo que hacen los unos con los otros, incluyendo aprendizaje de procesos y qué cosas funcionan o no, en una especie de cross-pollination”, agregó.

El ímpetu de formar estas comunidades responde, en parte, al impacto de la revolución tecnológica en las operaciones empresariales y, consecuentemente, en la economía y la sociedad. El Foro Económico Mundial proyecta que, para el 2025, el 52% de las labores que realizan humanos serán hechas por robots y que, para el 2027, un 50% de la fuerza trabajadora dependerá de la autogestión.

Construyendo la idea

Echar Pa’Lante delineó un programa con tres estrategias principales, detalló Viscasillas: construir y desarrollar la alianza multisectorial; capacitar en materias de emprendimiento e innovación; y desarrollar sistemas que impulsen el emprendimiento tanto a nivel escolar como universitario y comunitario.

Afortunadamente, la pandemia del COVID-19 –que afectó la actividad económica en Puerto Rico y en el mundo por la mayor parte de este 2020 y alteró las formas en que interactuamos socialmente– no impactó a la iniciativa. Más bien al contrario.

“Se movió todo para manejarlo en línea y no solo hemos mantenido el programa planificado, sino que hemos podido acelerarlo. Ahora más gente está participando, de más sitios en la isla”, afirmó. Así, esfuerzos relacionados a la primera estrategia –como reuniones periódicas con representantes de todos los sectores y talleres de trabajo colaborativo– han continuado y hasta se han expandido para impactar a más personas.

La movida al espacio virtual también hizo posible la participación de expertos de renombre mundial en los tres foros que Echar Pa’Lante celebró este año.

El primero de ellos tuvo como invitados a Mei Lin Fung y Vint Cerf, cofundadores de People-Centered Internet, organización sin fines de lucro que busca hacer del internet una herramienta para forjar comunidades y mejorar la calidad de vida. Cerf, de paso, es conocido como uno de los “padres” de la red digital por su rol en el desarrollo del protocolo TCP/IP, la tecnología que permite el intercambio de comunicación vía la world wide web.

El segundo foro contó con la participación del doctor Daniel Isenberg, profesor en el Babson College de Massachusetts y experto mundial en el desarrollo de ecosistemas empresariales. El doctor Isenberg aprovechó su intervención este año para destacar el avance que ha tenido el ecosistema y el sector empresarial local, un mercado que conoce bien pues lo ha estudiado desde hace diez años.

El último tuvo como invitado al doctor Peter Glynn, profesor en la Universidad de Stanford en California y perito de calibre global en el tema de inteligencia artificial. El doctor Glynn discutió los avances en el campo de machine learning y el potencial de la tecnología para identificar nuevas oportunidades de productos y servicios. El doctor Glynn se ha unido a los colaboradores internacionales y ofreció una segunda conferencia al Panel de Asesores (Think Tank) de Echar Pa’Lante sobre la historia y aprendizajes del estímulo del empresarismo en Stanford University y Silicon Valley.

Desarrollando las capacidades

Bajo la premisa de que sin capital humano no existe un ecosistema, Echar Pa’Lante también se dio a la tarea este año de continuar ejecutando su segunda estrategia: capacitar en las mejores prácticas a nivel mundial en emprendimiento e innovación.

“Nos dimos cuenta de que había muy pocos profesionales y educadores que se habían expuesto a las prácticas líderes en cuanto a esos temas”, señaló Viscasillas.

Para atender esta necesidad en el ámbito profesional, se realizaron varios programas virtuales de capacitación en el que participaron unos 800 profesores universitarios y más de 300 profesionales de diversas disciplinas.

El objetivo, explicó la líder integradora de Echar Pa’Lante, es alcanzar una “masa crítica” –equivalente al 15% de cada población que se desea impactar–. La idea es que una vez exista dicha masa crítica con un conocimiento particular (early adopters) –como sucedió, por ejemplo, con la adopción de ciertas tecnologías, como los teléfonos inteligentes– es cuestión de tiempo para que este se expanda y se use entre las masas.

En el ámbito educativo, Echar Pa’Lante migró su programa de capacitación de maestros K-12 –conocido como Emprende 100x100– al espacio virtual, ofreciendo una exposición inicial a los temas de emprendimiento e innovación a unos 600 maestros de nivel intermedio y superior de manera sincrónica (en línea, en vivo) y otros 600 de manera asincrónica (por medio de vídeos).

Fortaleciendo el sistema

La tercera estrategia de Echar Pa’Lante consistió en desarrollar guías o roadmaps que estimulen el emprendimiento y facilitar su implementación a nivel escolar, en los recintos universitarios y las comunidades a su alrededor.

A través de programas como el Youth Start-Up Experience (variación de la metodología de Start-Up Weekend a nivel de escuela superior), los estudiantes conocen cómo es la experiencia de emprender: desde la etapa inicial de identificar oportunidades de negocios y búsqueda de soluciones, hasta desarrollo de prototipos, planes de negocios y llevar a cabo una venta.

Las competencias y el programa de exhibición EXPO Emprende también se adaptaron este año para ofrecerse en línea usando el modelo de hackathon, incluyendo talleres y presentaciones tanto para maestros como para alumnos.

A nivel universitario, las universidades aliadas han comenzado a establecer e implementar agendas sistémicas para transformar sus recintos en comunidades emprendedoras, impactando no solo a sus estudiantes y facultad, sino a las comunidades en el perímetro a su alrededor, a lo que le llaman “el proyecto del Bloque.”

Germinando el futuro

Con estas tres estrategias en mente, Echar Pa’Lante se ha posicionado en el centro de un creciente ecosistema de empresarismo e innovación que ha sentado bases en Puerto Rico durante los últimos años –aun frente a las calamidades que ha enfrentado la isla–. En el proceso, la entidad ha gozado de la aceptación y apoyo de muchos otros jugadores en este espacio.

“Echar Pa’Lante es un movimiento que ha sido capaz de sentar en una misma mesa a la academia, el sector privado, el gobierno y al tercer sector en pro del desarrollo del Puerto Rico que necesitamos tener”, sostuvo Nerma Albertorio, fundadora del Centro para Emprendedores. “La seriedad de propósito y el acceso a recursos de calibre mundial al que nos han expuesto es una aportación invaluable”, añadió.

Por su parte, la presidenta del Capítulo de Puerto Rico del Concilio Internacional de Pequeños Negocios, la doctora Eileen Figueroa, manifestó que Echar Pa’Lante “es el motor de lo que llamó la ‘REB’, la Revolución Boricua Emprendedora”.

A juicio de Alex Rodríguez, profesor en la Universidad Interamericana y uno de los participantes de la alianza multisectorial desde sus comienzos, Echar Pa’Lante es “como un ser vivo que siente, escucha y entiende las necesidades de emprendimiento de nuestro país” y busca cómo mantenernos competitivos en el mundo.

“No solo es una iniciativa de transformación, sino un ejemplo concreto del espíritu emprendedor de los puertorriqueños. Es un compromiso genuino de muchas personas que desean ayudar a convertir a Puerto Rico en una isla emprendedora. Es una de esas oportunidades que se nos presentan cada 100 años. Este es el momento que tenemos que aprovechar para continuar creciendo”, sumó Rodríguez.