En Puerto Rico hay 28 escuelas intermedias y superiores con algo en común: estudiantes que son impulsados por sus maestros a utilizar su creatividad para diseñar y lanzar proyectos innovadores que buscan soluciones a problemas en su comunidad. En fin, son emprendedores.

Estas herramientas las obtuvieron gracias a la alianza multisectorial Echar Pa’Lante, que busca fomentar el emprendimiento en la isla.

Para Echar Pa'Lante, una de las respuestas para encarar los desafíos socioeconómicos del país yace en transformar los modelos educativos y dirigirlos hacia el emprendimiento y la innovación.

Por eso, han desarrollado proyectos como Emprende 100x100, un adiestramiento que busca educar a más de 100 profesores universitarios voluntarios, de las siete universidades principales de la isla, para que cada uno les ofrezca talleres de emprendimiento a 100 maestros. En este esfuerzo colaboran la Universidad de Puerto Rico, Universidad Interamericana, Universidad Ana G. Méndez, Pontificia Universidad Católica, Universidad Politécnica, Universidad del Sagrado Corazón y EDP University.

En estos adiestramientos, los maestros aprenden de la metodología Design Thinking, desarrollo de prototipos, estrategias de mercadeo y plan de negocios, entre otras técnicas.

BrandShare
BrandShare

Estos educadores entonces integran a sus cursos las herramientas que adquirieron y, desarrollando proyectos o prototipos con sus estudiantes, las ponen en práctica.

“La alianza multisectorial Echar Pa’Lante está muy comprometida con el desarrollo de nuestra próxima generación de emprendedores boricuas. Estamos colaborando estrechamente con el Departamento de Educación y la Asociación de Escuelas Privadas en la capacitación de los directores y maestros en emprendimiento, y apoyando a nuestras escuelas en el establecimiento de sistemas sostenibles que estimulen el emprendimiento dentro de la escuela y en las comunidades vecinas”, dijo Gloria Viscasillas, líder integrador de Echar Pa’Lante y vicepresidenta de Programas de Desarrollo Económico de Banco Popular.

A continuación, conoce algunas de las escuelas que han desarrollado proyectos de emprendimiento a raíz de los adiestramientos de Emprende 100x100 de Echar Pa’Lante.

Una microempresa que busca sembrar la semilla del reciclaje

La Escuela Superior Especializada Vocacional Agrícola de Corozal ofrece a sus estudiantes programas educativos como horticultura, elaboración de productos y tecnología y maquinaria agrícola, con la idea de que, al graduarse de cuarto año, estos tengan una certificación que les permita ingresar rápidamente al mundo laboral.

Pero para José Ortiz Ramos, maestro de matemáticas en la escuela, no era suficiente. Necesitaba que, además del conocimiento agrícola, sus estudiantes tuvieran las herramientas para crear sus propios negocios.

BrandShare
BrandShare

Esto fue lo que motivó a Ortiz Ramos y a otros cuatro maestros de la escuela a tomar los adiestramientos de Emprende 100x100 de Echar Pa’Lante.

Ortiz Ramos ya colaboraba con sus estudiantes en un club de emprendimiento que se reúne en las tardes, luego de culminar las clases. Con las destrezas de emprendimiento obtenidas en los adiestramientos, el maestro ha podido enriquecer y potenciar las ideas de sus estudiantes. Precisamente, así fue que surgió la microempresa escolar Green Writers.

BrandShare
BrandShare

En las reuniones del club, los estudiantes discutieron ideas sobre el tipo de microempresa que podían desarrollar para atender un problema en su comunidad. En su búsqueda, encontraron que solo el 15% de los puertorriqueños recicla. Ese dato los llevó a sentir la necesidad de crear un proyecto que comunicara la importancia de ser responsables con el ambiente.

“Pensamos en un producto que se pueda usar a diario, como un lápiz. Nuestro lápiz es a base de papel de periódico, y en la parte superior tiene una semilla; cuando se acaba el carbón, podemos sembrarla, y de ahí nace una planta”, explicó Ortiz Ramos.

BrandShare
BrandShare

Además del lápiz, los jóvenes también crean marcadores de libros y bolsas ecoamigables. Todos estos productos los hacen con papel reciclado de la escuela.

Green Writers no se quedó ahí. Para amplificar el mensaje de reciclaje, uno de los estudiantes del club de emprendimiento, Mario Rivera Santiago, creó un videojuego, que enseña paso a paso cómo se utiliza este lápiz.

Para Ortiz Ramos, la oportunidad de que sus estudiantes sepan cómo emprender ha sido extraordinaria. Ahora sus alumnos tienen claro que pueden desarrollar productos nuevos que generen oportunidades de trabajo e ingresos, y que a la vez tengan un impacto positivo en su comunidad.

Prototipos con potencial comercial que buscan ayudar al ambiente

En esa misma línea de concienciación ambiental y de crear proyectos innovadores, estudiantes de la Escuela Superior Josefa Vélez Bauzá en Peñuelas desarrollaron dos prototipos de emprendimiento científico.

Ambas ideas de emprendimiento surgieron a raíz de las experiencias vividas por las estudiantes luego del paso del huracán María, expuso Vicmarie Lugo Rodríguez, maestra de ciencias de la escuela.

El primero de estos prototipos busca generar energía renovable para las zonas costeras de la isla. Se trata de una especie de boya marina, que une la energía undimotriz —que se genera con el movimiento de las olas— con la energía eólica —que se obtiene del viento—.

BrandShare
BrandShare

Al posicionar la boya a 33 pies de la orilla, la energía creada por el viento y por el movimiento de las olas se almacena en una batería, que al momento suple suficiente energía como para encender una habitación o un microondas.

El segundo prototipo de emprendimiento científico responde a otra realidad del país luego del huracán María: la pérdida de cerca del 80% de las abejas del país y, por ende, de los procesos naturales de polinización.

BrandShare
BrandShare

Las estudiantes entonces diseñaron una colmena modular, construida con materiales económicos y de un tamaño compacto, que fomenta la apicultura en la ciudad, creando un hábitat para las abejas y viabilizando los procesos de polinización en cualquier lugar de la isla.

BrandShare
BrandShare

“Con los talleres de emprendimiento ofrecidos por la alianza multisectorial Echar Pa’Lante, pudimos enriquecer los currículos y capacitar a los estudiantes para que desarrollen varios proyectos que impacten a la comunidad, que sean costo-efectivos, que promuevan la conservación del ambiente y, a la vez, los prepara para la vida”, expresó Lugo Rodríguez.

Las ganas de estos estudiantes de crear microempresas no se limitan al emprendimiento científico. Los alumnos del programa de artes culinarias también han creado su microempresa, con la que ofrecen servicios de catering para actividades privadas, además de elaborar varios productos comestibles con los frutos del vivero escolar.

BrandShare
BrandShare

“Hicimos una jalea con los árboles de mangó de la escuela, hemos trabajado salsas y pastas de mangó, y ya estamos comercializando estos productos”, dijo el director Miguel Rodríguez García, quien tomó los adiestramientos de Echar Pa’Lante junto a seis maestros del plantel.

Rodríguez García ha notado que enseñarles destrezas de emprendimiento a los estudiantes les ayuda a adquirir mayor confianza en sí mismos, además de mejorar sus habilidades de comunicación y proyección. Esto lo hace sentir confiado de que saldrán listos para “competir en un mundo de posibilidades”.

Estímulo a la economía lareña con microempresas estudiantiles

Adamaris Lamourt Cruz, maestra de agricultura de la Escuela Superior Domingo Aponte Collazo en Lares, sabe que muchos de sus alumnos no aspiran a ir a la universidad. Sin embargo, sí poseen el deseo de tener una empresa que promueva la agricultura sustentable. Ella reconoce que parte de su labor es darle las herramientas necesarias para que puedan alcanzarlo con éxito.

El tomar los adiestramientos de Echar Pa’Lante la ayudó a enriquecer el currículo de las clases de horticultura que imparte y a potenciar el desarrollo empresarial de sus estudiantes.

BrandShare
BrandShare

Antes de los adiestramientos, los estudiantes ya atendían un vivero en la escuela, cuya tierra nutren con composta que hacen con desechos orgánicos del comedor escolar. En este vivero siembran vegetales y plantas aromáticas, pero también plantas con propiedades medicinales, como la sábila y el alcanfor.

Antes de decidir cuál sería la microempresa que crearían, los estudiantes realizaron un análisis de mercado. Así se aseguraron de que lo que iban a trabajar no estuviera saturado. Fue entonces que decidieron desarrollar un producto que no solo fuera atractivo estéticamente, sino que tuviera una función práctica para el consumidor.

Por eso, bajo la microempresa estudiantil Daks Ornamental, crean los tradicionales jardines de plato o dish gardens que usualmente se trabajan con plantas ornamentales, pero elaborados con plantas medicinales. De esa manera, el consumidor tiene un objeto decorativo que también sirve para atender situaciones comunes de salud como quemaduras y catarro, entre otras.

BrandShare
BrandShare

“Echar Pa'Lante nos ayudó mucho en lo que es la promoción. A partir de esos conocimientos, creció en nosotros la necesidad de darnos a conocer más a través de las redes sociales y en actividades dentro y fuera de la escuela”, mencionó Lamourt Cruz.

Erika Valdés García, maestra de matemáticas de la escuela, también tomó los talleres de emprendimiento. Como educadora, Valdés García notó que muchos de sus estudiantes tenían talento para dibujar. Queriendo destacar sus fortalezas, decidió reunirlos y proponerles la idea de crear una microempresa cultural acorde a sus habilidades.

BrandShare
BrandShare

En ese afán de resolver las situaciones que les preocupan, tanto los estudiantes como la maestra identificaron la disminución en el turismo en Lares como un asunto que querían atender. Para hacerlo florecer y que las personas se interesen en visitar, se les ocurrió pintar postales con lugares históricos del municipio. Las imprimieron y, aunque incrédulos, lograron venderlas.

En fin, estos proyectos son solo una muestra de que la integración del emprendimiento en los currículos escolares es clave para “echar pa’lante” la próxima generación de emprendedores puertorriqueños.