En Puerto Rico, el chocolate caliente es una tradición de días y noches lluviosas. Se acompaña con pan criollo y queso de papa, que termina derretido en el fondo de la taza. Algunos prefieren derretir la barra y convertirla en un chocolatoso líquido, mientras que otros, por la necesidad de ser más ágiles, optan por el chocolate molido.

Sin importar tu método favorito, siempre apreciamos una taza de chocolate caliente, ya sea en las mañanas de camino al trabajo o en las noches con la familia. Por esto, le rendimos homenaje a los amantes de chocolate caliente con este vídeo.