Para disminuir el aumento de enfermedades o infecciones de transmisión sexual (ITS) entre jóvenes en Puerto Rico, es crucial educar, eliminar estigmas y promover el cuidado de salud primario para prevenir más contagios.

Según el más reciente Informe de Vigilancia de Enfermedades de Transmisión Sexual del Departamento de Salud de Puerto Rico, en los primeros seis meses del año, más de 400 jóvenes entre 14 y 19 años dieron positivo a alguna ITS como clamidia, gonorrea o sífilis.

Estos números podrían revertirse si se promueve un mejor entendimiento sobre prácticas sexuales seguras y cómo identificar a tiempo señales que ameriten consultar a un especialista, recomendó el doctor Miguel Echevarría, médico internista y director de residencia del Centro Médico Episcopal San Lucas.

“Ahora existen más tratamientos y antibióticos que pudieran provocar que se baje la guardia y se propicien actividades sexuales de riesgo. Hay que fomentar el uso de profilácticos no solo para prevenir embarazos no planificados, sino también para disminuir la exposición a enfermedades e infecciones transmitidas por la vía sexual”, sugirió.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 30 bacterias, virus y parásitos que se transmiten por contacto sexual. Algunas infecciones también pueden transmitirse de una persona gestante a un bebé durante el embarazo, el parto y la lactancia. En 2020, la OMS reportó 374 millones de nuevas ITS en el mundo, como clamidia, gonorrea, sífilis, tricomoniasis y herpes genital.

“Se debe eliminar el miedo a acudir a un especialista cuando se siente algún síntoma y no ignorar las alertas del cuerpo. En el caso de los jóvenes, es importante buscar orientación. Incluso, hay universidades con centros de educación sexual que pueden explicar cuándo y dónde hacerse pruebas”, destacó el doctor.

Señales de alerta

Cada ITS se comporta de manera distinta y los síntomas varían. Sin embargo, se debe estar alerta ante ardor al orinar, molestias durante relaciones sexuales o la aparición de lesiones o áreas enrojecidas en los genitales o sus cercanías.

“Ignorar estos síntomas puede llevar a complicaciones más complejas, como inflamación pélvica y, en mujeres, daños en el sistema reproductivo. Además, ignorar estos síntomas podría incidir en más transmisión hacia otras personas”, advirtió.

Para Echevarría, lo ideal es que todas las personas, especialmente jóvenes, mantengan visitas regulares con especialistas y que se promuevan campañas educativas que resalten la importancia de hacerse pruebas, especialmente al iniciar una nueva relación o exponerse a situaciones de riesgo.

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