Para los pacientes con fallo renal que ya reciben o están próximos a recibir diálisis, existe una nueva opción que puede garantizarles una mejor calidad de vida. Se trata de la creación de fístulas percutáneas, un procedimiento disponible exclusivamente en el Centro Médico Episcopal San Lucas en Ponce.

Con la creación de fístulas –la unión de una arteria con una vena– se busca aumentar la velocidad del flujo sanguíneo de las venas equiparándolo al de las arterias, explicó el doctor Félix Pérez Ramos, nefrólogo intervencionista y médico vascular con práctica en el Centro Médico Episcopal San Lucas. Las fístulas son parte de la razón por la que el proceso de diálisis dura cerca de cuatro horas. Sin ellas, un paciente renal estaría días recibiendo diálisis.

Hasta hace poco, expuso el doctor Pérez Ramos, estas fístulas solo podían crearse mediante cirugía (una incisión en el área del brazo). Hoy, sin embargo, puede hacerse de forma percutánea (sin necesidad de abrir la piel). Así, mediante dos punturas –una para la arteria, otra para la vena– se insertan unos catéteres especiales que, al reaccionar con radiofrecuencia, unen la arteria con la vena y crean la fístula.

Comparada con la quirúrgica, la fístula percutánea es un proceso ambulatorio, menos invasivo y no deja aneurisma (el huevucho o relieve en la piel). Por la experiencia del galeno, el desarrollo de aneurismas suele ser un evento incómodo o traumático para el paciente, algo que el nuevo procedimiento elimina.

"Las aneurismas que produce la fístula pueden ser estéticamente traumáticas para el paciente. Pero con este tipo de tecnología, esto no sucede. Para el paciente es como si no hubiera pasado nada", detalló.

Además, la fístula percutánea puede usarse para diálisis con más rapidez, en seis semanas, a diferencia de tres meses de espera con la fístula quirúrgica. Finalmente, la primera requiere una sola intervención anual, mientras que la segunda requiere de cuatro a seis intervenciones de seguimiento.

El doctor Pérez Ramos señaló que la mayoría de los pacientes renales pueden ser candidatos para someterse al procedimiento. En su caso, de los cinco a seis pacientes que ha evaluado, ha intervenido a tres –los primeros en la isla en beneficiarse de este avance médico–.

“Lo que un nefrólogo quiere es evitar que los pacientes utilicen catéteres de diálisis, pues eso aumenta su mortalidad en un 30%. La fístula percutánea es un complemento adicional a lo que ya teníamos, una primera opción más segura y que ofrece una mejor calidad de vida”, sostuvo el especialista.