Poca coordinación motora, problemas para sujetar el lápiz, confundir las letras, mostrar hiperactividad y distraerse con facilidad son algunas de las señales de que un menor podría enfrentar retos emocionales, del desarrollo, aprendizaje o comportamiento.

Esta es la población a la que ayuda el Centro de Diagnóstico para Inteligencias Múltiples (CDIM), en Santurce, que desde su fundación en 1987 ofrece servicios de evaluación y terapia a niños y jóvenes. Para esta labor, la entidad cuenta con un equipo compuesto por pediatras, neurólogos, psiquiatras, audiólogos, psicólogos, patólogos del habla y lenguaje y terapistas ocupacionales, informó la doctora Edna Vázquez Bonnet, fundadora de CDIM.

Estos profesionales realizan evaluaciones médicas, neurológicas, psiquiátricas, psicométricas, psicológicas, psicoeducativas, autismo, audiológicas, terapia ocupacional, habla y lenguaje, así como evaluaciones de disfagia (para identificar problemas de masticación y tragado). El centro atiende a unos 15,000 niños al año, en su mayoría de 13 años o menos, indicó Vázquez Bonnet, quien también es dueña y presidenta de la empresa de corretaje de seguros Bonnet Insurance Brokerage Corporation.

“Fundé esta clínica para el diagnóstico transdisciplinario de los niños con problemas de aprendizaje porque estos son los niños que, si no se diagnostican y se atienden, van a ser desertores escolares”, afirmó.

De hecho, el estudio ‘Algunos determinantes de la deserción escolar en Puerto Rico’, realizado recientemente por el economista José Caraballo Cueto y auspiciado por la Fundación Segarra Boerman, concluyó que 33,704 estudiantes abandonaron las escuelas públicas entre los años 2015 y 2021, cantidad suficiente para llenar 95 escuelas.

Esta investigación encontró que la edad promedio de los desertores fue de 14 años y medio y que tener problemas específicos de aprendizaje es uno de los factores relacionados con probabilidades mayores de abandonar los estudios.

“Empezamos con un menor con problemas de aprendizaje que, si no se diagnostica, ni se trabaja con él, no termina los trabajos escolares, empieza a sacar malas notas, muestran lagunas educativas y fracasos frecuentes, se frustra y comienza a tener problemas de conducta, a cortar clases, a ausentarse y a los 13 años, se convierten en desertores y luego en delincuentes juveniles”, expuso Vázquez Bonnet.

Agregó que, como una persona sin diploma de escuela superior suele conseguir trabajos menos remunerados, el desertor escolar representa pérdidas anuales en contribuciones sobre ingresos estimadas en $510 millones, de acuerdo con datos de CDIM.

“Es un riesgo mayor para Puerto Rico perder a estos niños porque dejan la escuela y como luego, no pueden conseguir trabajo a los 13 años y sin diploma, solo van a conseguir trabajo en la industria de la criminalidad”, dijo la fundadora.

Un estudio de la organización estadounidense Fight Crime: Invest in Kids arrojó que quienes abandonan la escuela tienen tres veces y media más probabilidades de ser arrestados que los graduados de la secundaria. Por eso, según Vázquez Bonnet, CDIM orienta a los jueces de tribunales de menores para que tomen en cuenta los resultados de estas investigaciones científicas que son hechas por el Departamento de Justicia Federal de Estados Unidos. En Estados Unidos, el 68 % de los reos de prisiones estatales no tienen diploma de cuarto año.

Por estas razones, CDIM ve que su misión de diagnosticar niños y jóvenes con problemas de aprendizaje no solo aporta al futuro de los estudiantes que reciben sus servicios, sino también a la calidad de vida de todos los puertorriqueños al prevenir que caigan en las garras del crimen.

“Es importantísimo diagnosticar para saber cómo aprende cada niño, que es único; para saber cómo le vamos a enseñar. Hay que diagnosticar de forma válida y científica para dar a papá, a mamá y a los educadores recomendaciones de cómo enseñarle, según su condición”, manifestó Vázquez Bonnet. “Buscamos que el niño esté contento en el salón de clases y pueda aprender”.

“Nosotros hacemos el diagnóstico y recomendaciones de terapias, dieta, medicación y otros. Damos terapias a quienes nunca hemos diagnosticado para que no haya conflicto de interés económico”, resaltó la fundadora.

Según Vázquez Bonnet, los niños que son diagnosticados y tratados a tiempo, comienzan a ver los cambios positivos en su rendimiento académico.

Las evaluaciones para hacer los diagnósticos pueden ser costosas, debido a que requieren de pruebas actualizadas, estandarizadas, normalizadas y profesionales altamente especializados. Esto, de acuerdo con la fundadora de CDIM, hace que las evaluaciones sean válidas, certeras y que encamine al niño para lograr su potencial.

En CDIM, los servicios son gratuitos para quienes no pueden pagar. Como organización sin fines de lucro certificada por el gobierno estatal y federal, para continuar su labor se nutre de donativos de individuos y empresas. “Sin los donativos no podríamos seguir con nuestra misión”, sostuvo la fundadora.

Los interesados en conocer más sobre CDIM o enviar donativos pueden llamar a los teléfonos 787-722-9595, 787-724-6063 y 787-723-6391 escribir un correo electrónico a: imatos@cdimpr.org y/o arivera@cdimpr.org o visitar la página web de la organización, www.cdimpr.org, donde se puede hacer clic en donde dice “Donación” para hacer la aportación por PayPal o tarjeta de crédito. Si desea realizar una donación por medio de ATH Móvil, deben escoger pagar a comercio a CDIMPR.

La entidad atiende a unos 15,000 niños al año
La entidad atiende a unos 15,000 niños al año (Suministrada)