Son muchos los mitos que han surgido respecto a los productos congelados. Algunos consumidores, en un intento por atender su salud, optan por no comprar alimentos en el pasillo de las comidas congeladas, sin tener una idea clara de por qué han tomado esta decisión. Cierto es que mucho se desconoce sobre el contenido nutricional de estos alimentos, dando paso a que se distorsione la realidad sobre estos.

Muchos consumidores se sorprenderían al saber que los alimentos congelados como las frutas y los vegetales son versiones heladas del fruto fresco. Según Eldred Resto, gerente de marca de Campoverde, a las frutas y vegetales congelados no se añaden preservativos, azúcares o aditivos. Por tal razón, su diferencia más notable recae en el estado en que se distribuyen.

El producto fresco se recoge temprano y madura en camino al punto de venta, de tal manera que es susceptible a descomponerse y perder nutrientes. De otro lado, las frutas congeladas se cosechan en su punto óptimo de madurez, por lo que retienen su mejor estado al ser congeladas y no pierden sus nutrientes esenciales, según el Departamento de Agricultura Federal (USDA, por sus siglas en inglés).

Otro aspecto que diferencia a las frutas congeladas de las frescas es la conveniencia en cuanto a su consumición y compra, de acuerdo con la licenciada en Nutrición Sandra Ortiz. “Uno de los beneficios principales de las frutas congeladas es que mantiene todos sus nutrientes, además de que las tienes disponibles todo el tiempo. Es una estrategia más económica y puede que consigas frutas que no se den todo el año”, añadió la licenciada Ortiz.

De igual modo, el consumo de frutas congeladas es conveniente para los que tienen un estilo de vida ajetreado, ya que vienen picadas en el tamaño apropiado para comerlas con facilidad.

Esta infografía te ofrece un panorama general de las frutas congeladas frente a las frescas.