Bajo circunstancias normales, los días de bruma en Puerto Rico, mayormente traída por vientos que arrastran polvo y otras partículas del desierto del Sahara, amenazan con exacerbar un sinnúmero de condiciones respiratorias, tales como el asma. Sin embargo, en medio de la pandemia del novel coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, que ataca principalmente el sistema respiratorio, la situación se complica aún más para estos pacientes.

“En mi oficina, hemos visto un aumento de 25% en la llegada de pacientes cuyos síntomas de asma se han descontrolado”, revela el doctor Rafael Zaragoza Urdaz, alergista inmunólogo y presidente de la Asociación Puertorriqueña de Médicos Alergistas. “El riesgo es que, si una exacerbación se combina con el virus, eso representa un doble insulto para sus pulmones”.

Otro factor es que la temporada de bruma durante este verano ha sido especialmente fuerte. “Esta exposición a los polvos del Sahara que tuvimos más reciente fue la más alta en los últimos 50 años, en términos del particulado”, indica el galeno. “Tendremos que investigar si se trata de una cantidad mayor de particulado debido a que la faja semi desértica al sur del Sahara, el Sahel, está aumentando, o si hay una variedad más amplia de partículas que se están recogiendo en el camino. Sabemos que este polvo tiene al menos 13 irritantes y once alérgenos que conozcamos”.

Recomendaciones prácticas para los pacientes con asma

Debido a los riesgos asociados al particulado por el evento de los polvos del Sahara y su potencial de combinarse peligrosamente con un contagio de COVID-19, el doctor Zaragoza Urdaz recomienda a los pacientes que sufren de asma minimizar en la medida posible la exposición al exterior. A esos efectos, enfatizó el uso de mascarillas, preferiblemente de alta eficiencia como los llamados N95, al igual que el uso de gafas o “goggles” para reducir la exposición de los ojos.

El alergista inmunólogo además sugiere a los pacientes de asma en específico a “mantenerse bien controlados con los medicamentos de mantenimiento”. Estos medicamentos usualmente forman parte de un programa de farmacoterapia preventiva que ayuda a minimizar los efectos del particulado, explicó el galeno. A esto se le suma una segunda categoría de medicamentos para propósitos de inmunoterapia.

Una tercera alternativa, los llamados medicamentos biológicos, ha probado tener éxito en casos de asma moderado a severo. “Los pacientes moderados que no están siendo controlados con la farmacoterapia usual y no pueden empezar la inmunoterapia porque son muy sensitivos, así como los pacientes severos, tienen esta nueva alternativa”, apunta el especialista.

Por último, el doctor Zaragoza Urdaz urge a que las personas tomen especial precaución en estos días debido al alza en casos de COVID-19. “El efecto de este virus en los pulmones de las personas con asma es terrible; encuentro que nadie queda igual después”, explica. “Es importantísimo continuar no solo con el tratamiento médico, sino con el uso de mascarilla, lavado de manos frecuente y distanciamiento físico. Sé que ha habido sacrificio y que la gente está cansada, pero no es momento de bajar la guardia”.