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La Universidad Central del Caribe (UCC) tiene un centro de vacunación contra el COVID-19 que se distingue por un modelo operacional basado en la organización, la puntualidad, rapidez y el trato sensible y respetuoso. Ejemplo de esto son las más de 10,000 personas inmunizadas en el centro, que han sido atendidas por un entusiasta grupo de estudiantes, facultativos y voluntarios repartidos en cerca de 15 estaciones de trabajo que hacen que el proceso sea ágil.
El uso de la tecnología para otorgar citas, enviar información y recordatorios, así como la simplificación de los procesos, hacen posible que la visita para vacunarse dure un promedio de 40 minutos.
Uno de los procesos modelo dentro del centro de vacunación de la universidad es el servi-carro, donde se vacunan personas con problemas de movilidad sin que tengan que salir de sus vehículos.
Otra de las fortalezas del centro de vacunación es que no solo sirve a la comunidad, sino que refuerza la educación y el desarrollo de diversas competencias de los estudiantes, como profesionalismo, interprofesionalismo y liderazgo.
Durante su cita, los visitantes comparten con estudiantes de Medicina, Imágenes Médicas, Consejería en Abuso de Sustancias, Ciencias Biomédicas y Quiropráctica. Estos realizan labores como organizar la llegada de las personas, verificar la información y los documentos requeridos, preparar y administrar la vacuna y mantener el control de calidad de la operación. Más de 400 estudiantes de la UCC han rotado en diferentes turnos durante las clínicas de vacunación.
“Aquí todos se ven como un equipo de trabajo, y no importa si eres estudiante, profesor, decano o la presidenta, en la clínica todos somos parte de un equipo y todos hemos hecho de todo en las estaciones de verificación y documentación, observación, entrada de datos, y, los que pueden, preparación de vacunas e inmunización”, afirmó la doctora Waleska Crespo Rivera, presidenta de la UCC.
Por su parte, el doctor Harry Mercado, director médico del centro de vacunación, señaló que “nos sentimos orgullosos de participar de este esfuerzo de país y nos sentimos con la obligación moral de hacerlo. Les tenemos que enseñar a nuestros estudiantes que esto es parte de su profesionalismo y de aportar a la solución de los problemas sociales y biológicos con los que nos encontramos”.
Precisamente, gran parte del logro alcanzado en el servicio es gracias al empoderamiento desarrollado por los estudiantes de Medicina a quienes, desde el inicio, la doctora Crespo incluyó en el comité que dirige los trabajos. Así, Adriana Tormos Abadía, presidenta del Consejo de Estudiantes, está a cargo del área de Logística; Valeria Lozada Miranda, dirige el plan para reclutar y organizar los voluntarios; y Kenneth Avilés Fernández es el encargado de Datos y Sistemas y es el responsable de la automatización de los procesos de solicitud y otorgación de citas, entre otros.
Igualmente, Myrmarie Cruz Pérez es responsable por el trabajo de educar a la comunidad, mientras que Gabriel Colón Estarellas ayuda a integrar todas las áreas de la clínica y José Henriquez Rivera está a cargo del subcomité de Investigación, que ya ha desarrollado varios temas para estudios con los datos recopilados en las clínicas.
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