El suicidio es el término utilizado para describir el acto de quitarse la vida provocando la muerte de forma intencional. Cualquier persona, no importa la edad, puede presentar comportamientos suicidas. Debido a esto, es importante identificar las señales para ayudar a aquella persona que lo necesite y salvar su vida. Los pensamientos suicidas no siempre conducen a la conducta suicida, pero son un factor de riesgo. Con frecuencia, existe un problema de salud mental subyacente y un acontecimiento estresante que lo desencadena.

Los eventos estresantes comúnmente asociados son los siguientes: sentir que tienen un dolor profundo que no pueden manejar; la muerte de un ser querido; un suicidio que ha tenido lugar en su entorno; el fracaso de una relación amorosa o significativa; un cambio de entorno familiar, escolar, comunitario o el alejamiento de los amigos; ser humillado por familiares o amigos; sufrir acoso, especialmente para personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBTQ+); sentimientos de fracaso y problemas con la ley.

Asimismo, los problemas subyacentes más frecuentes son los siguientes:

• depresión: las personas con depresión tienen sentimientos de desesperanza y de impotencia que limitan su capacidad para considerar soluciones y alternativas a problemas urgentes;
• alcohol o consumo de drogas: el abuso de alcohol o el consumo de drogas disminuyen las inhibiciones frente a acciones peligrosas y alteran la anticipación de las consecuencias;
• pobre control de los impulsos: suele darse en los adolescentes, en particular los que presentan un trastorno por comportamiento perturbador, como el trastorno disocial, actúan impulsivamente y sin pensar;
• Otros trastornos mentales y físicos también pueden aumentar el riesgo de suicidio. Entre ellos se incluye la ansiedad, la esquizofrenia, traumatismos craneoencefálicos y el trastorno de estrés postraumático.

¿Cómo podemos identificar a una persona con ideas suicidas?

• Se deshace de sus objetos importantes
• Se aísla, alejándose de amigos y familiares
• Se despide o realiza preparativos para la muerte
• Se puede identificar como deprimido
• Sentimientos de culpabilidad o irritabilidad
• Pérdida de interés en las cosas que antes disfrutaba
• Cambios de comportamientos
• Aumento o pérdida de peso drástico
• Uso o abuso de alcohol y drogas
• Verbaliza su intención suicida

¿Qué hacer ante este escenario? ¡Es tiempo de hablar!

Cada ser humano tiene la capacidad de superar la adversidad, la frustración, la desesperanza y salir fortalecidos de una crisis. Si conoces a alguien que presente signos de depresión aguda, cualquier otro síntoma o conducta que requiera apoyo, haz tu parte y ofrécele un espacio para acompañarle y que esta pueda expresar sus sentimientos.

Asimismo, escúchale y dale importancia a lo que le expresa y, sobre todo, no le juzgue. A esto, le llamamos ser empático con las personas. Además, hágale saber que usted desea ayudarle. Trate de no sorprenderse y desaprobar sus pensamientos, debido a que debe considerar que, realmente, eso es lo que la persona siente.

Si presenta alguna idea de terminar con su vida, trate de provocar un análisis y consecuencias de ese plan. Luego, explore las razones o motivos que tendrá para vivir. Ofrézcale esperanza. Ausculte la severidad de esa ideación y pregúntele si está pensando en quitarse la vida. Si tiene un plan de cómo hacerlo, establezca inmediatamente un proceso de ayuda.

Ofrézcale la ayuda con un profesional de la salud mental

Si tú o alguien que conoces ha tenido pensamientos suicidas, se siente triste, deprimido, ansioso o sin ganas de vivir, es momento de hablar. Por favor, llama inmediatamente al 787-714-2462. El Hospital Menonita CIMA cuenta con profesionales de la salud disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana. Nos toca a todos normalizar la salud mental.