¿Alguna vez te ha pasado que al ver a una persona por primera vez, tu corazón comienza a latir más rápido, tus  manos empiezan a sudar y comienzas a sentir  mariposas en el estómago? 

Probablemente lo que estás experimentando es amor a primera vista o como te diría mucha gente: “Cupido te flechó”.

Esta expresión popular se refiere a la acción llevada a cabo por Cupido para unir a las parejas sentimentalmente. 

¿Quién es Cupido? 

Cupido es el dios romano del amor y es uno de los símbolos que representa el Día de San Valentín, junto al corazón, el color rojo y los bombones. Seguro que lo has visto... 

Según la mitología romana, Cupido es hijo de Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de Marte, el dios de la guerra. 

Se le representa, generalmente, como un niño con alas, con los ojos vendados   y armado con un arco y flechas que transporta en una aljaba. 

Esta representación está asociada a varias creencias. Es un niño porque frecuentemente comete errores, las alas indican la rapidez con la que el amor llega y se puede disipar y la venda en los ojos significa que el amor es ciego y no ve los defectos del amado. 

Dice la leyenda  que en su aljaba lleva dos clases de flechas, unas de puntas doradas y otras de puntas de plomo. Cuando usa las flechas con punta de oro concede el amor y cuando usa las de plomo provoca el olvido. Es el dios del deseo amoroso y nadie, ni los hombres ni los dioses ni él mismo son inmunes a las heridas que producen sus flechas.

Cupido y Psique 

¿Sabías que Cupido también vivió su propia historia de amor? 

El escritor romano Lucio Apuleyo narró la historia de Cupido y Psique en su obra El asno de oro. Cuenta Apuleyo que en la tierra de los mortales vivía una princesa llamada Psique, que a pesar de su extrema belleza no encontraba marido. Su padre intentó hallar a través del oráculo un buen marido para ella, pero éste predijo que Psique encontraría el amor al borde de un precipicio. 

Y así sucedió…

Cuentan  que  Venus estaba muy celosa de esa mortal, conocida por su extrema belleza. Al enterarse de que habían llevado a Psique al borde del precipicio a buscar marido envió a su hijo Cupido a dispararle sus flechas doradas para hacer que Psique se enamorase del hombre más feo del mundo.

Pero Cupido, al ver la belleza de esta joven quedó deslumbrado   y, sin querer, se hirió con su propia flecha dorada. Enseguida se enamoró profundamente de ella. 

En lugar de cumplir el pedido de su madre decidió tomarla por su mujer, con la condición de que ella no lo mirase nunca porque ella no era inmortal.

Cupido llevó a Psique a su palacio y la visitaba todas las noches, a oscuras, para que ella no conociese su identidad divina. 

Su relación iba muy bien hasta que las hermanas de la mujer, celosas de la suerte de ésta, le dijeron que el oráculo había dicho que su esposo era un monstruo y que por eso era que no se dejaba ver. 

Esa noche, Psique, aterrada por lo que sus hermanas le habían contado, quiso ver si era verdad y prendió la lámpara. Enseguida se dio cuenta que en lugar de un monstruo era el dios Cupido el que dormía amorosamente a su lado.  

Él se despertó con la claridad de la luz y  decidió castigarla huyendo. Antes de irse Cupido le dedicó unas últimas palabras: “el amor no puede vivir sin confianza”.

Psique arrepentida, recorrió cielo y tierra en busca de Cupido. En el cielo se encontró a Venus, quien le hizo pasar por durísimas pruebas con la intención de verla desesperada. 

En su última prueba tenía que llevar una cajita al inframundo sin abrirla. Pero la curiosidad pudo más y Psique desobedeció y abrió la caja. Enseguida cayó en un sueño profundo, tan profundo que parecía muerta.

Cuando su esposo la encontró le retiró el sueño mortal de su cuerpo con un beso y puso el sueño nuevamente en la cajita.

Al final, Venus perdonó a la princesa y los dioses, conmovidos por el amor de esta pareja, convirtieron a Psique en una diosa para que pudiera reunirse con su amado. 

A partir de la historia de estos dos personajes, el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha, la flecha de Cupido.

Y, además,  la imagen de este niño alado, con los ojos vendado  y armado con un arco y flechas se utiliza, especialmente  el Día de San Valentín, popularmente conocido como el Día de los Enamorados, y que se celebra anualmente cada 14 de febrero. En esa fecha, los novios, parejas y cónyuges festejan su amor  haciéndose regalos. 

Y tú, ¿has sido flechado por Cupido?