Doctor José Álvarez-Romagosa, ginecólogo obstetra, Latin Doctor y colaborador
 de MCS.
Doctor José Álvarez-Romagosa, ginecólogo obstetra, Latin Doctor y colaborador de MCS. (Suministrada)

El síndrome disfórico premenstrual (SDPM) es una condición que afecta a un número significativo de mujeres en todo el mundo. Su prevalencia se estima entre un 2 a un 6 % de las mujeres que menstrúan y se caracteriza por una combinación de síntomas que pueden interferir significativamente con la vida diaria.

Aunque el SDPM ha sido reconocido como una condición médica legítima, todavía existe cierta controversia en torno a su diagnóstico y tratamiento.

Síntomas

Este síndrome presenta una serie de síntomas físicos, emocionales y conductuales que suelen aparecer en la segunda mitad del ciclo menstrual, alrededor de una o dos semanas antes del inicio de la menstruación. Estos pueden variar en intensidad y duración, e incluyen cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, depresión, fatiga, dificultad para concentrarse, cambios en el apetito, hinchazón, y dolor en los senos, de cabeza y musculares. También pueden ser lo suficientemente graves como para interferir con las actividades diarias y las relaciones personales. Para algunas personas, el dolor físico y el estrés emocional son lo suficientemente graves como para afectar la vida cotidiana. El trastorno puede comenzar en cualquier momento después de la menarquía (primera menstruación) y puede empeorar a medida que la menopausia se acerca, pero desaparece después de esta. Independientemente de su gravedad, para la mayoría de las personas, los síntomas, generalmente, desaparecen en el transcurso de los cuatro días posteriores al inicio del período menstrual.

Causas

Aunque se desconoce con exactitud la causa del síndrome premenstrual, varios factores pueden contribuir con la afección, la cual, se estima, está relacionada con cambios hormonales durante el ciclo menstrual. Otros factores, como la genética, la sensibilidad a los cambios hormonales y los desequilibrios químicos en el cerebro, también pueden desempeñar un papel en el desarrollo del síndrome.

Asimismo, las variaciones de serotonina, un químico del cerebro que cumple una función esencial en los cambios de humor, pueden desencadenar los síntomas. Cantidades insuficientes de este neurotransmisor pueden contribuir con la depresión premenstrual, la fatiga, los antojos de comida y los problemas del sueño.

Diagnóstico

El diagnóstico del síndrome disfórico premenstrual puede ser complicado, ya que sus síntomas pueden ser similares a los de otras condiciones médicas como la depresión o la ansiedad. Sin embargo, se han establecido criterios específicos para su diagnóstico, que incluyen la presencia de síntomas emocionales y conductuales graves que aparecen de manera cíclica antes de la menstruación, y que se alivian poco después del inicio del período menstrual. Es importante descartar otras condiciones que puedan causar los síntomas como trastornos del estado de ánimo, de ansiedad o de la alimentación.

Para el diagnóstico, los pacientes deben presentar al menos cinco síntomas durante la semana anterior a la menstruación, los cuales deben comenzar a desaparecer a los pocos días después de la aparición de la menstruación y ser mínimos o ausentes en la semana posterior.

Los síntomas deben incluir al menos uno de los siguientes:

  • Cambios de ánimo notables (por ejemplo, tristeza repentina o ganas de llorar)
  • Irritabilidad o coraje notable, o aumento en los conflictos interpersonales
  • Depresión, sensación de desesperanza y pensamientos de baja autoestima
  • Ansiedad, tensión o nerviosismo marcados

Además, debe estar presente al menos uno de los siguientes:

  • Disminución de interés en las actividades habituales
  • Dificultad para concentrarse
  • Baja energía o cansancio extremo
  • Cambios significativos en el apetito, atracones o antojos de alimentos específicos
  • Hipersomnia o insomnio
  • Síntomas físicos tales como hipersensibilidad en los senos o hinchazón, dolor articular o muscular, distensión abdominal y aumento de peso

Tratamiento

Una vez diagnosticado, el síndrome disfórico premenstrual puede tratarse de varias maneras. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida (dieta y el ejercicio), así como terapias psicológicas. Además, se pueden usar medicamentos antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI, en inglés), ansiolíticos, anticonceptivos hormonales, progesterona, antiinflamatorios y diuréticos. Las mujeres deben buscar ayuda médica para encontrar el tratamiento que mejor se adapte a sus necesidades. El apoyo emocional y la comprensión de amigos y familiares son fundamentales, pero, con el manejo adecuado, las mujeres pueden mejorar su calidad de vida.