La empresa LUMA Energy, a cargo de los componentes de transmisión y distribución del sistema eléctrico de Puerto Rico, tiene por delante un sinnúmero de desafíos que vienen con el reto de reconstruir ese maltrecho y descuidado sistema eléctrico. Sin embargo, hay un aspecto en el que están sobresaliendo, al punto que superan, por mucho, a cualquier otra utilidad similar a través de los Estados Unidos y sus territorios: la participación de mujeres en su contingente de celadores.

Actualmente, el 9% del equipo de celadores de LUMA son féminas, una cifra muy superior a la media de otras empresas de ese tipo, que apenas llegan, si acaso, al 1%.

Y un elemento esencial para la integración de mujeres a la profesión de celadoras, que hoy día ya suman 17, ha sido el LUMA College for Technical Training, o la escuelita, como le conoce el personal de la empresa, y donde este jueves se llevaba a cabo una competencia amistosa entre 31 estudiantes a punto de graduarse, incluyendo a tres mujeres, contando con sus familias como público.

Neysha Balay Torres, una de esas tres mujeres que se une a las brigadas de celadores, festejó su inminente graduación, luego de trece semanas de “arduo trabajo” que combinó trabajo teórico, de campo, y en el moderno laboratorio “haciendo monturas de transformadores”.

“Todo se lleva a cabo para que tengamos un amplio conocimiento cuando salgamos a la calle a trabajar para las personas aquí en Puerto Rico, para brindar un mejor servicio y vaya mejorando todo poco a poco”, afirmó la joven de Ponce.

Admitió que, al principio, “fue algo bien cuesta arriba”, pero gracias al trabajo en equipo y las enseñanzas de los instructores encontró la fuerza para lograr salir adelante. De hecho, tuvo que pasar por el reto de rebajar y fortalecer su físico “para poder hacer las escaladas”, que tienen que hacer “en un cierto tiempo, porque tampoco puedes tener una hora o dos horas cuando estás poniendo en riesgo tu vida, o las de tus compañeros, y también estás dejando a tu cliente mucho tiempo fuera de servicio”.

Con evidente satisfacción, celebró su logro luego de tantos sacrificios, asegurando que “tienes que seguir adelante, no quitarte. Si es lo que uno realmente le gusta y quiere, y está dispuesto a servirle al país, es algo que literalmente te va a encantar”.

El Luma College For Technical Training celebró una competencia amistosa entre 31 estudiantes a punto de graduarse, incluyendo a tres mujeres, contando con sus familias como público.
El Luma College For Technical Training celebró una competencia amistosa entre 31 estudiantes a punto de graduarse, incluyendo a tres mujeres, contando con sus familias como público. (Ramon "Tonito" Zayas)

Igualmente orgullosa de sus logros como celadora se expresó Gabriela Hernández Pérez. En su caso, ya es aprendiz 5 (de 7 niveles) y está en su tercer año del proceso de aprendizaje, ahora poniendo en práctica lo aprendido en la región de Guayama, mientras continúa su “educación continua en línea viva de distribución”.

Curiosamente, Gabriela no contemplaba “nada que tuviera que ver con arriesgar mi vida”, y llegó a LUMA como traductora. Pero una vez dentro, “vi cómo era la dinámica en el ‘field’ (campo) con los muchachos. Había mucho comentario de los hombres diciendo que las mujeres no podíamos hacerlo y eso fue como que motivación para mí”, al punto que se convirtió en una de las dos mujeres que se graduaron de la primera clase de la escuelita del LUMA College, y que se sumaron a la única celadora que había entonces.

Indicó que, parte del entrenamiento que reciben en la escuela de LUMA, es para desarrollar “resistencia en el cuerpo”, para enfrentar los largos periodos de trabajo en el campo, particularmente en la época de huracanes.

“De acuerdo al trabajo, tú puedes estar en un monte metido con un alambre en el piso de esquina a esquina, y realmente puedes estar cinco o seis horas trabajando sin parar, sin comer, nada. En (el huracán) Fiona estuvimos 16 horas. O sea que realmente son largas horas trabajando, Así que aquí te acondicionan para que tengas esa condición, valga la redundancia”, comentó la joven.

Agregó que también reciben clases en las que aprenden la teoría, y “ahora mismo en distribución tengo todo lo que estudié y lo estoy poniendo en práctica en cuestión de lo que es distribución y línea viva”.

Familiares observan la ceremonia de banderas e himnos, en la que celadores cargan las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos y las colocaron en lo alto del poste.
Familiares observan la ceremonia de banderas e himnos, en la que celadores cargan las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos y las colocaron en lo alto del poste. (Ramon "Tonito" Zayas)

“Me gusta. No fue nada similar a lo que yo estudié. Pero con el aprendizaje que LUMA te da aquí en la escuelita abarca todo lo que uno tiene que saber para llegar a las líneas como tal”, agregó la joven natural de Santa Isabel, quien aseguró al público que “sí se está trabajando en la reconstrucción, y yo soy puro ejemplo de eso”.

El general retirado José Reyes, principal oficial de servicios corporativos de LUMA, celebró con orgullo esa participación de mujeres, y agregó que, además del 9% de celadoras que eclipsa a cualquier otra compañía, también la cifra de mujeres en su plantilla total, que se ubica en más de 22%, supera la media de la nación que es 20%.

“La mujer puertorriqueña es una mujer luchadora, no le tiene miedo al reto. Y nosotros nos beneficiamos que esa mujer puertorriqueña diga yo voy a servir a Puerto Rico, y lo voy a servir a través de LUMA”, alabó Reyes. “Estamos superemocionados. LUMA se enriquece de esa participación, porque la mujer es una persona dedicada en su trabajo, es intensa en el trabajo, comprometida, y LUMA se beneficia de esa intensidad y compromiso de trabajo. Así que estamos supercontentos y orgullosos”.

Recordó que LUMA sigue teniendo por delate un grato, pero aseguró que siente “una gran satisfacción” por ser parte de esa “misión de pueblo”. Repasó que continúan trabajando en remplazar postes y componentes, modernizar subestaciones, remplazar contadores, remover vegetación, modernizar componentes del sistema y más, una extensa labor que se estima que tomará al menos tres años.

“Y pues con LUMA College lo que estamos es profesionalizando a nuestros hombres y mujeres que trabajan día a día allá afuera en la línea”, afirmó.

Más allá de las mujeres, el equipo de celadores se está fortaleciendo también con la adición de jóvenes, como Eliam Feliciano Cruz, y el veterano Pedro del Río, un retirado de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) que retomó las herramientas.

“Ahora vamos a estar trabajando en el ‘field’. Me siento supercontento. Es como una bendición. Desde el primer que empecé aquí, esto es lo que me llena, lo que me gusta. Ser parte de la restauración del sistema eléctrico, me siento superorgulloso, superdispuesto para trabajar por el pueblo de Puerto Rico”, aseguró el joven oriundo de Culebra, quien eventualmente espera regresa a trabajar en la isla municipio.

En tanto, el veterano, procedente de Hatillo, celebró el rigor del entrenamiento en la escuelita y el énfasis que pone en la seguridad, y “las facilidades tremendas. Hay unos equipos fenomenales”.

Después de algunas vueltas del destino, decidió retomar la profesión que le apasiona, “y solicité a LUMA y gracias a Dios me dieron la oportunidad. Estoy sumamente contento. Estoy haciendo lo que me gusta. Yo lo disfruto, y más en tiempo de huracanes, darle la ayuda al pueblo, ver que tú aportas algo, es lo mejor que me ha podido pasar”.

Las personas interesadas en unirse al equipo de celadores de LUMA pueden entrar al portal oficial de la empresa, buscar el área de empleos, y ahí conocerán sobre las plazas disponibles.